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Autos clásicos

SEAT Ibiza GTI 16V Cupra, un hot hatch nacido para ganar en los rallies de asfalto

Damos un vistazo al primer modelo que llevó el nombre de Cupra y con el que nació lo que en futuro sería una marca independiente.

SEAT Ibiza GTI 16V Cupra, un hot hatch nacido para ganar en los rallies de asfalto

Hoy para nosotros Cupra ya es una marca bien establecida, con una alineación de autos emocionantes y prácticos para el día a día. Su identidad está más que bien lograda y sus clientes siguen creciendo en toda métrica. Sin embargo, para llegar a este punto tuvieron que existir varios modelos que poco a poco fueron inyectando más potencia y pasión al mercado. Justamente, el que empezó todo fue un SEAT Ibiza y hoy conoceremos un poco más de aquel primer Cupra, el SEAT Ibiza GTI 16V Cupra.

En 1996, desde SEAT no existía ni la idea de que algún día su división deportiva se “independizaría”. Por aquel entonces, la marca ya en control de Grupo Volkswagen, estaba teniendo bastante éxito con el SEAT Ibiza de segunda generación, un pequeño hatch que se volvió su columna durante 40 años.

Lo que SEAT si sabia en ese momento era que necesitaban una variante nueva del Ibiza para homologar a su contendiente de la categoría F2 del WRC.

Para poder lograr esa homologación, SEAT necesitaba darle un motor de 2.0 litros, pues la regulación justamente pedía esa cilindrada. Es por ello que tomaron un Ibiza GTi y le colocaron un motor de dos litros y 16 válvulas, suficientes para lograr 150 Hp y 179 Nm de torque, una cifra enorme para el Ibiza, pues el modelo sobre el que se basaba, solo tocaba los 115 hp.

Gracias a este motor más grande y su peso bajo, el Ibiza GTI 2.0 16V Cupra podía hacer el 0-100 km/h en 8,3 segundos y llegar a los 217 km/h. Para hoy esas cifras son bajas, pero en su momento suficientemente buenas para mantener contentos a los entusiastas de este tipo de autos.

Claramente no solo se le dió un motor más grande, SEAT mejoró frenos, dirección, suspensión, neumáticos y mucho más; al final del día debía llevar una experiencia mucho más enganchante que otras variantes.

Por fuera, su imagen era más sencilla. Todo se limitaba a una paleta de colores más llamativa, una fascia ligeramente más atractiva con un contraste de color negro en la zona baja, llantas de 16” de corte deportivo, un pequeño spoiler sobre la tapa del maletero y luces traseras ahumadas. Finalmente lo que más lo delataba era la calcomanía "Cupra" en los costados.

Por dentro, los cambios no era muy grandes que digamos. Solo los relojes del cuadro de instrumentos y algunos otros elementos menores lo separaban de lo que llevaría un Ibiza GTI de aquel entonces.

A nivel de equipo llevaba cosas como frenos de disco en las cuatro ruedas, frenos ABS, lector de CD, radio AM/FM luces de halógeno y aire acondicionado.

El primer Ibiza Cupra no solo fue un éxito en las calles, en la categoría F2 del WRC ganó el campeonato mundial ese mismo 1996 y continuó cosechando éxitos durante dos años más. Tras este primer modelo, SEAT siguió mejorando y lanzando ediciones aún más capaces del Ibiza. Años más tarde el León se unió a la familia Cupra y con el paso del tiempo sus éxitos fueron dictando la historia de lo que todos conocemos hoy como Cupra.

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