
Citroën tiene un interesante modelo entre manos, se trata del Basalt, el tercer modelo en su estrategia regional "C-Cubed". Técnicamente es un C3 Aircross con tipología fastback, muy al estilo del C4 y también de tantos otros modelos históricos de la marca. Con el Basalt, Citroën espera tener un modelo que combine todos los principales atributos que definen a los productos de la marca francesa, pero en un paquete accesible, algo que se logra en algunas áreas y en otras no.
Citroën Basalt: dimensiones y diseño
- Largo: 4.343 mm
- Ancho: 1.741 mm
- Alto: 1.585 mm
- Entre ejes: 2.645 mm
- Despeje: 180 mm
Se sabe que el diseño es subjetivo, pero si se trata de los tres modelos C-Cubed, este es el más atractivo. Si lo ponemos al lado del FIAT Fastback, otro modelo de similar vocación dentro del grupo, el Basalt sale fortalecido al tener mejores proporciones.
Elementos jugados del Basalt los encontramos especialmente en la parte de atrás, con focos de carcasas 3D, las bisagras estilo "burbuja" en el techo y el spoiler integrado al portalón trasero. La parrilla más imponente y los pilares A, también aportan al look.
De dimensiones, el Basalt es unos milímetros más largo que el C3 Aircross (4.320 mm) y tiene prácticamente la misma distancia entre ejes, que es superior a la del C3 hatchback. Su maletero de 490 litros es realmente espacioso y profundo, uno de los puntos más altos de este auto. Pero si necesitas extender el maletero, te encontrarás también con uno de los primeros problemas que vienen de la mano con su construcción "low cost": el respaldo de la banca se pliega, pero completo, o sea pierdes todas las plazas traseras en caso de necesitar 1.540 litros de espacio.
Para diferenciar a ambas versiones, el modelo denominado Feel Pack ofrece llantas de 16", luces LED DRL, parrilla plástica (negro texturado) y embellecedores en color rojo (los podemos ver en el frontal y en un "lagrimal" que parece un "airbump" vestigial en el pilar C). El modelo Shine cambia la parrilla por una en color piano black, embellecedores en color beige, llantas de 16" con efecto "corte diamante", skidplates simulados en color plateado (en las partes bajas de los parachoques) y la opción de techo negro. Con unas llantas más anchas y con focos principales de luz fría, el modelo ganaría más presencia y luciría menos económico.
Citroën Basalt: interior
Cosas que caracterizan a un buen Citroën moderno es la sensación de espacio, luminosidad y el confort de los asientos. Y todo eso se logra en este auto, aunque con algunas importantes concesiones, culpa -nuevamente- de su concepción "low cost".
La consola principal, salvo por algunos acabados específicos, es exactamente la misma del C3 Aircross. Lo mismo pasa con los asientos y paneles de las puertas: todo es intercambiable entre los modelos C-Cubed. El armado es muy bueno, pero los materiales no, al margen de que Citroën trato de embellecerlos lo mejor que pudo, con acentos satinados, texturados o metalizados. La fabricación "Mercosur" se nota en muchos aspectos, como la tapa del airbag del pasajero, con claras holguras y diferencias de material con el resto de la consola, o las costuras "a la rápida" del volante de cuero. También se nota en la ergonomía, puesto que los autos más económicos cuentan con ramales simplificados: los alzavidrios traseros están en la parte baja de la consola central; el control crucero está en un botón auxiliar junto con el botón del modo Sport a un costado del auto.
Los asientos tratan de imitar la sensación "Advanced Comfort" de los Citroën europeos, pero con cojines muy chicos y de pobre sujeción, aunque luciendo una vistosa tapicería mixta de ecocuero con tela y acentos de color.
Para diferenciar la versión Feel de la versión Shine, hay algunos elementos a favor del modelo más equipado, como el tapiz de ecocuero, el control crucero o el climatizador automático. El resto es idéntico, incluyendo un completo clúster digital de 7" a color, vidrios y espejos eléctricos, el apoyabrazos para el conductor y el sistema multimedia de 10" con rápida conectividad inalámbrica, Bluetooth y cámara de retroceso.
El confort de las plazas traseras está dado por el espacio. No hay apoyabrazos y la banqueta es corta, con pocos pliegues, lo que ayuda a que puedan ir tres personas, con algo de ajuste, pero sin pisarse los pies y sin pegarse en la cabeza, aunque ojo con el umbral del techo, que por la caída deportiva que tiene, invita a agacharse más cuando tengas que acceder los asientos posteriores. Hay dos puertos USB, un posavasos y un plafón superior con luz.
Citroën Basalt: seguridad
Salvo por los sensores de retroceso y los neblineros delanteros que podemos encontrar en la versión Shine, el equipamiento es el mismo entre versiones. Incluye:
- Frenos de disco delanteros
- Sistema ABS con reparto electrónico y asistente de emergencia
- Control de tracción y estabilidad
- Asistente de arranque en pendiente
- Alerta de baja presión en los neumáticos
- Cierre centralizado remoto
- Anclajes ISOFIX y Top Tether
El único gran problema es que ambas versiones solo llevan 4 airbags. No hay más y es lamentable.
Citroën Basalt: tren motriz
Citroën dispone de dos motores según la versión del modelo. Son propulsores conocidos ya en varios productos Mercosur de Stellantis. En el caso de esta prueba, tenemos el T200 desarrollado por FIAT: un 1.0 Turbo tricilíndrico con 125 Hp, 200 Nm de torque y caja automática CVT que puede emular 7 velocidades gestionadas con tres modos de manejo. Tranquilo, no hay correa húmeda.
Su consumo homologado es de 10,8 km/l en ciclo urbano, 17,3 km/l en carretera y 14,1 km/l en promedio, cifras similares a las que obtuve yo, moviéndome regularmente desde Las Condes a Puente Alto y teniendo algunas rutas extra como una visita a Nido de Cóndores para un lanzamiento local.
Yo rescato de sobremanera el performance de este motor, el cual es relativamente suave cuando se enciende y solo deja notar que es un tricilíndrico cuando se le pide más. Tiene buen torque, en especial desde las 1.700 vueltas hasta las 3.000 rpm, con algo de retardo bajo ese margen. En esto ayuda la caja CVT, de accionar suave y que en varias ocasiones pareciera funcionar como una automática convencional, marcando algunas marchas por si sola. También permite llevar el auto más holgado en rutas extraurbanas, lo que ayuda a que el motor no vaya tan enrollado, como sucede con otras cajas y otros autos.
La posición de manejo es alta, como queriendo emular la sensación de un auto más grande, pero la dirección es todo lo contrario, con una sensación más ágil, como la de un citycar, quizás por herencia propia del C3.
La suspensión no es la más refinada pero resuelve con suavidad ya que tiene buen recorrido, muy acorde al espíritu Citroën. Tiene una sensación de rólido progresiva, o sea que mientras no perturbe con maniobras bruscas al Basalt, este se va a comportar con nobleza. En esto ayudan también los neumáticos, de perfil más alto que lo que acostumbramos. En Chile, el despeje del auto es de 180 mm, mientras que en otros países es ligeramente más alto, a tener en cuenta.
Citroën Basalt: conclusiones
Con precios que van entre los 15.7 y los 18.7 millones de pesos, el Basalt lamentablemente se nos antoja caro, culpa de una brutal arremetida china, con productos de mejor desarrollo, seguridad y potencia. En ese sentido no hay nada que hacer.
Sin embargo, si no te gustan los autos chinos, las principales cartas del Basalt las encontramos en su diseño de moda, pero que permite configurar un habitáculo y un maletero muy espacioso, así como un nivel de confort y tecnología suficiente, más una opción de motor entretenida y eficiente para el día a día.
Es una excelente idea de auto, suave, atractivo y práctico, pero cuya construcción más económica le quita muchos puntos. Puertas ligeras, estándar de seguridad bajo lo esperable, defectos en varias terminaciones, los asientos o distribución de algunos botones, nos hacen extrañar mucho los productos de la generación pasada.
Citroën Basalt - una gran idea, pero de ejecución económica (Test Drive)