Toyota indicó que pretende comenzar a vender su sedán Camry, el SUV Highlander y la camioneta Tundra fabricados en Estados Unidos en Japón a partir del próximo año, ya que espera ayudar a mejorar las relaciones comerciales entre ambos países, que técnicamente se define como "Importación Inversa".
El mayor fabricante de automóviles del mundo estaba estudiando la posibilidad de revertir las importaciones , dijo en octubre, mientras Tokio intenta apaciguar al presidente Donald Trump sobre su enorme superávit comercial con Estados Unidos.
El Camry en particular, ha sido un modelo particularmente exitoso en el mercado estadounidense (se fabrica en la planta de Georgetown en Kentucky), pero no así en el japonés donde fue descontinuado en 2023 por bajas ventas, puesto que los clientes orientales se decantaban por el Corolla o bien el Crown. Sin embargo, este modelo volverá a las vitrinas japonesas en 2026.
Por otro lado, el Highlander es un SUV de tres filas, popular entre las familias, con un interior espacioso y una excelente capacidad todoterreno. Toyota ha decidido reintroducir estos dos modelos, que se vendieron en el mercado japonés hasta 2023 y 2007, respectivamente.
Mientras tanto, la camioneta de tamaño completo Tundra, con su enorme potencia y capacidad de remolque, además de su excepcional calidad, durabilidad y fiabilidad, es la personificación misma de la cultura estadounidense. Toyota cree que los clientes japoneses también apreciarán el atractivo único de la Tundra que la distingue de otros modelos.
A simple vista se ve como un buen plan en vías de fortalecer la producción norteamericana, pero implica enormes desafíos en términos de logística y rentabilidad, por cuanto los costos de envió y de mano de obra no serán precisamente acotados, a menos que haya existido una negociación entre ambas naciones en torno a este tema.
Adicionalmente, la planta deberá realizar algunos ajustes menores, en cuanto a fabricar los modelos acorde a las especificaciones del mercado japonés, partiendo por el hecho de contar con el volante a la derecha.
El anuncio llego después de que Washington y Tokio alcanzaran en julio de 2025 un pacto comercial en virtud del cual el país asiático se comprometió a invertir USD 550 mil millones en varios proyectos, préstamos y garantías de préstamos de instituciones financieras.
Los fabricantes de vehículos japoneses están actualmente sujetos a unos aranceles del 15 % sobre sus exportaciones de vehículos y repuestos a EE.UU., en virtud del acuerdo.
Toyota afirmó en noviembre que estos gravámenes tuvieron un impacto negativo equivalente a USD 5.100 millones en la primera mitad de su ejercicio fiscal (abril-septiembre).
El concepto de un auto fabricado en los Estados Unidos y vendido en Japón no es algo nuevo entre los conocedores de la industria automotriz. Honda ya lo usó con el Accord entre finales de los ochenta e inicios de los noventa, particularmente de las versiones coupé y station wagon, con la particularidad de que usaban piezas provenientes directamente desde Japón
