Hacia mediados de 2016 se lanzó en nuestro país el MG GT, un sedán mediano de 4,6 metros de largo, que tenía como objetivo volver a posicionar a la histórica marca británica hoy de origen chino, en un sitial un poco más acomodado que el que alcanzó en sus primeros años de comercialización.
La culpa de lo ocurrido con Morris Garages no es de la marca, sino de las pretenciones que su importador (en este caso, SK Bergé) quiso darle, buscando capitalizar en la prestancia de los MG britanicos de antaño, pese a que sus autos eran 100% chinos, con todas sus ventajas y desventajas. Y así se olvidó de vender lo más importante, que es el producto.
A principios de 2016 aterrizó en Chile el Grupo SAIC, que es el dueño de MG, y algunas cosas han cambiado desde entonces, pese a que sólo es una oficina regional y no el importador. Lo más relevante es que se le dio valor a la marca por sobre el origen, se buscó imprimir un estilo que evocará el estilo ingles pero orientado hacia la cultura del pais, se ajustaron los precios, se apostó fuerte en marketing con eventos y se lanzaron nuevos modelos. El resultado final es que hoy MG vende mucho más que antes.
Volvamos al MG GT, un modelo al que le ha costado un poco, de eso no hay duda. Es un sedán mediano, inserto en un segmento que ha sufrido a costa de los nuevos SUV, y que hace una propuesta insólita para el origen: intentar vender un estilo más deportivo.
El MG GT se vende en Chile cuatro versiones, dos de ellas con motor 1.5 litros aspirado de apenas 107 caballos de fuerza, y otras dos con un más convincente motor 1.4 Turbo con 154 Hp. Los precios van desde los $8.690.000 hasta los $11.690.000.
Un buen sedán mediano
Nuestra versión de prueba era la tope de gama, con el bloque 1.4 Turbo, caja automática DCT de 7 velocidades y el paquete de acabados Comfort.
Mide 4.612 mm de largo, 1.804 mm de ancho, 1.488 mm de alto y 2.650 mm entre los ejes. Por tamaño no es distinto de un Renault Fluence, un Hyundai Elantra y un Toyota Corolla, por nombrar a tres de los más populares sedanes del mercado.
Cuando fue lanzado en Chile, la marca indicó que el chasis fabricado con aceros de ultra alta resistencia "está a la par de los autos de carrera, entregando estabilidad y rendimiento operativo, así como una alta precisión en la dirección". Del dicho al hecho...
La verdad es que el auto tiene un correcto comportamiento dinámico, es estable en condiciones normales, confortable en carretera (no tanto en ciudad) y ofrece bastante tacto al conductor gracias a una dirección bien calibrada, no tan precisa, pero sí rápida. Pero de ahí a compararlo con un auto de carreras es como mucho. Veámoslo mejor como un sedán mediano, que luce un diseño de corte deportivo y un motor bastante pujante.
Si nos vamos al diseño, el frontal es característico de la marca, con una propuesta aerodinámica que enfatiza el logo del octágono instalado a modo de punta de flecha y líneas de carácter que recorrer el capó y los laterales. La silueta es ascendente, ofreciendo una clara postura agresiva, que cierra con una zaga sobre elevada y una luneta recostada que simula un sedán de estilo europeo, o definitivamente un liftback. A simple vista, el MG GT se ve bien, atractivo y proporcionado.
Y vamos por el motor, un cuatro cilindros de 1.4 litros, que tiene inyección directa y sobre alimentación, erogando buenos 154 Hp y 235 Nm de par entre las 1.600 y las 4.400 rpm. Hasta aquí todo bien, salvo por un pequeño turbolag de salida. El motor es pujante desde las 1.500 vueltas y estira la aceleración hasta bien entradas las 4.000 vueltas. Probablente, asociado a la caja manual de seis velocidades que ofrece la marca por $10.690.000, tendríamos poco de qué quejarnos de su motricidad y seguramente estaríamos escribiendo sobre una propuesta deportiva más en serio. Pero nuestra unidad de pruebas tenía una caja automática de siete relaciones que, más que embellecer el comportamiento del motor, lo desafina y hace ineficiente.
La caja no presenta una calibración correcta y se le hace dificil modular lo que le llega desde el motor y lo que va hacia las ruedas. Es exagerada, especialmente en las marchas bajas, sobreexigiendo al bloque y demorando en exceso los pasos de marcha, perdiendo esa tan necesaria fluidez y, sobre todo, la delicadeza. Y no sólo pasa cuando se pisa el acelerador con decisión o cuando se usa el modo Sport.
La propuesta más interesante
El MG GT, al menos en sus versiones con paquete Comfort, son sumamente convenientes en su relación precio/equipamiento.
Lo más novedoso es la incorporación de un sistema multimedia Inkalink, con pantalla táctil de 7", que cuenta con soporte de bluetooth, puerto USB, conectividad a smartphones (Apple CarPlay) y cámara de retroceso. No es la más intuitiva, pero cuando uno se acostumbra todo fluye más rápido.
Tiene aire acondicionado electrónico, asientos con doble tono, vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado con mando, luces diurnas LED, llantas de 16" y sunroof. Y en materia de seguridad añade frenos ABS con EBD, doble airbag frontal, controles de tracción y estabilidad, asistente de arranque en pendiente, anclajes ISOFIX para sillas de niños y sensor de retroceso con la mencionada cámara. Sí, sólo dos airbags, pero es casi la norma de los autos de origen chino.
La parte deportiva está dada por la pedalera de aluminio, los marcadores con doble luz de fondo (se pone rojo cuando la palanca se instala en modo Sport), embellecedores cromados en parrilla y ventanas, y tubo de escape cromado.
Hay detalles que sin duda podrían mejorarse. En las plazas traseras no hay cinturón de tres puntas en la plaza central, y los mandos de la radio en el volante están muy al borde del aro exterior, lo que hace que con la palma de la mano los manipulemos erroneamente en incontables ocasiones.
Lo mejor
La habitabilidad es uno de los puntos altos de este Morris Garages. Es amplio en las plazas posteriores en altura y lugar para las piernas, mientras que el maletero es muy grande, con casi 500 litros de capacidad.
El asiento del conductor es cómodo, y en esta variante cuenta con varios ajustes (manuales) para encontrar la posición de manejo ideal. La visibilidad es buena hacia adelante, y algo más reducida hacia atrás por el efecto del diseño de la luneta.
La calidad percibida es buena, pese a que la marca no se esmeró mucho en dotar al GT de polímetros blandos al tacto y de mejor look. Es sencillo, se ve algo pobre por la ausencia de botones, pero está bastante por encima de la media del origen.
Y el motor, volvemos a ello. Es un muy buen motor, pero gestionado de manera poco convincente por la caja automatica, por lo que recomendamos la caja mecánica.
En términos generales, el MG GT ofrece un comportamiento adecuado para el segmento. La suspensión es algo firme y por eso no es tan confortable en mal pavimento o lomos de toro, pero el auto se comporta adecuadamente en condiciones normales, con una dirección rápida y de buen tacto. Y frena muy bien.
El GT tiene cosas por mejorar, partiendo por la transmisión automática. Pero si busca un buen sedán, amplio, cómodo, con una performance adecuada y accesible en precio, esta es una interesante opción.