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Test drive: Geely X7 Sport 2019

Probamos el nuevo SUV de la retornada marca china y nos dejó un grato sabor de boca. Diría que está entre los cinco mejores productos del origen.

Test drive: Geely X7 Sport 2019

Geely regresó al mercado chileno de la mano de Fortaleza, una empresa del Grupo Minvest. Lo hace tres años después de salir del país, luego de que colapsara su relación con Derco, con quien nunca pudo convertirse en una marca exitosa, ni siquiera dentro del origen.

En el intertanto, Geely se ha convertido en una de las vedettes de la industria mundial y todos los entendidos dicen que es la marca más prometedora de todas las que han nacido en China. Y razones hay de sobra para entenderlo así.

En 2010, Geely compró Volvo, le inyectó sacos llenos de dinero para que desarrollara tecnología de excelencia, y hoy ya la está usando para fabricar sus propios autos.

También compró Lotus y su fantástica división de ingeniería, autora de algunos de los mejores autos del mundo, y la está aprovechando. Y ha lanzado marcas nuevas (polestar, Lynk & Co.) que apuntan a cautivar a los millenials y centenials que moverán el retail en las próximas décadas.

Geely vale mucho por lo que se viene, pero ¿cuánto valen los autos que está lanzando hoy en Chile? Vamos a averiguarlo con esta prueba al SUV X7 Sport (puedes leer nuestra nota de lanzamiento aquí).

Buen diseño

Sólo como aperitivo, sabemos que el director de diseño de Geely es el británico Peter Horbury, que por años ejerció la misma labor en Volvo. Y con él quedaron atrás esos diseños que nos horrorizaron hace una década, cuando Geely llegó a Chile.

Tampoco hay copias, por mucho que a alguno les parezca que el X7 Sport tiene algo de alguna marca conocida.

La silueta está marcada por la alta línea de la cintura, claramente ascendente y que se contrapone con la propia línea del techo, que va bajando hacia atrás. Y muestra un pilar C oscurecido que se disimula con la ventanilla traseras, dando la impresión de techo flotante. Algo así vimos hace años en el Range Rover Evoque de primera generación, aunque no podríamos hablar de copia.

El frontal, en tanto, luce agresivo gracias al nuevo “family face”, con el diseño concéntrico y el emblema de Geely en el centro, que integra muy bien los faros principales.

El capó alto, los pasos de rueda ancho, el despeje al piso y las molduras plásticas en los bajos nos aportan los condimentos off-road que todo SUV necesita.

La zaga está elevada, las luces son pequeñas en relación al tamaño del portalón, y se unen a través de una barra cromada. Una especie de difusor con doble salida de escape aporta ese concepto deportivo que tanto gusta.

Este SUV entra dentro del segmento de los medianos, con 4.519 mm de largo, 1.831 mm de ancho, 1.694 mm de ancho y una distancia entre ejes de 2.670 mm, medidas que nos habla de un formato más alto que ancho, más funcional que deportivo.

Diría que el concepto está bien logrado, cuenta con identidad propia y tanto de lejos como de cerca, el Geely X7 Sport luce bien, lo que nos habla de que detrás está la ambición de destacar a la vista.

Cuestión de gustos: nos parece que tanto el Haval H6 como el Chery Tiggo 7 son más armónicos.

Vida a bordo

Si por fuera nos agradó, por dentro es todavía más consistente. No sé si podría hablar de algo superlativo (el interior del Haval H6 luce mejor), pero hay un trabajo claro por mejorar todo aquello que es percibido por el usuario: los materiales, acabados, diseño, funcionalidad y confort de marcha.

El diseño del tablero es sencillo, un poco minimalista, sin grandes ambiciones de llenar de símiles que terminan ensuciando más que aportando.

La pantalla multifunción domina el tablero por su tamaño (8”) como por lo bien integrada que quedó. Justo por debajo se posicionan los mandos del climatizador, la palanca de cambios y algunos mandos relacionados con la dinámica. Y ya.

Hay elementos que parecen metálicos, y si no lo son, son los mejores símiles de aluminio que hemos visto. Hay piano black y polímeros blandos al tacto. Y también están los otros, aquellos que se esconden en las partes bajas de la consola y las puertas.

Los asientos están tapizados en cuero, el que puede ser sintético en las versiones de entrada, y cuero real con prespuntes blancos en la tope de gama, que fue la que probamos.

Esta versión ofrece también un panel de marcadores 100% digital. Se trata de una pantalla a color de 7”, que muestra mucha información. Lamentablemente, el sistema de selección no es nada intuitivo, y tomará su tiempo aprender a manejarlo bien.

Muchos espacios portaobjetos, elementos de funcionalidad como apoyabrazos y guarda lentes, y ajueste de asientos y volante en todas las direcciones hablan de un SUV pensado en el usuario. En nuestra unidad, los ajustes eran eléctricos.

Respecto de la habitabilidad, el Geely X7 Sport es grande como para llevar a cinco ocupantes. Hay mucho espacio en las plazas traseras para piernas y altura, con un respaldo que tiene un agradable ángulo de inclinación. Obviamente que al existir un apoyabrazos, la plaza central trasera es dura de respaldo, pero no hay túnel central, por lo que los pies pueden apoyarse libremente.

Otro dato para mí importante: el asiento del conductor es algo duro, no de espalda, donde incluso hay ajuste lumbar; sí en el cojín. Cuestión de gusto en todo caso, ya que otro colega lo encontró de lo más cómodo que hay.

En el maletero hay un correcto espacio (la marca declara 320 litros, pero a ojo parece es más), pero nada destacado ya que la base está muy arriba. Pensamos que se debía a la presencia de un neumático de repuesto completo, pero nos equivocamos: es sólo temporal.

Mucho equipamiento

Como buen auto chino, el Geely X7 Sport está lleno de equipamiento de tecnología, conectividad y confort, aunque extrañamos algunas sofisticaciones en seguridad.

Partamos por lo que tiene de serie en este último apartado: cuatro airbags, frenos ABS con EBD, control de tracción y estabilidad, anclajes para sillas de niños, neblineros, sensor de retroceso, asistente de partida en pendiente, control de descenso, luces automáticas y freno de mano eléctrico con AutoHold.

Si bien añade luego airbags de cortina, luces diurnas LED, sensores delanteros, cámara de retroceso, control crucero y sensor de lluvia, extrañamos a este nivel elementos como sensor de punto ciego, aviso de cambio de carril o cámara en 360°, por nombrar lo más común.

En cuanto a confort, incluye en las variantes más altas sistema keyless con botón de encendido, asientos eléctricos con ajuste lumbar, cuadro de instrumentos digital, sunroof y modos de conducción. Pero, nuevamente, nos faltan cosas más normales en este nivel. Por ejemplo, asientos calefaccionados y portalón con accionamiento eléctrico.

Incluso, el sistema de infoentretenimiento sólo es compatible con teléfonos Android, y si bien son los más populares, el no tener Apple CarPlay le resta bonos.

La conducción

El nuevo Geely X7 Sport se ofrece con tres paquetes mecánicos, partiendo de un motor 2.0 asociado a una caja manual, siguiendo por un bloque 2.4 con caja automática y tracción delantera, y finalizando con este mismo paquete, pero con tracción AWD.

Esta última fue nuestra versión de pruebas, la que tiene un precio de lista de $15.490.000, aunque con bonos, puede bajar a algo más de $14 millones.

El motor 2.4 tiene tecnología CVVT, entrega una potencia de 162 Hp y 220 Nm de par, y está asociado a esta caja automática DSI de seis marchas.

En general, es un buen motor, silencioso en su uso normal, y sólo cuando ponemos el modo Sport y lo aceleramos se deja oír adentro. Esto nos dice que el habitáculo está muy bien insonorizado, ya que, además, no se genera ruido aerodinámico, pese al diseño cuadriforme del SUV. Punto a favor.

El tren motriz no es instantáneo de respuesta cuando se acelera ya que hay un pequeño retardo, pero en general es contundente. Su mejor régimen de marcha va entre los 3.000 y 4.500 rpm, ahí se siente que es como una locomota.

La caja es suave en su funcionamiento y nos parece que está bien relacionada para sacarle brillo al motor cuando se maneja de modo tranquilo. No presenta tirones, pero no tan rápida como nos gustaría. Eso sí, cuando uno va más apurado y comienza a forzar la marcha, la caja no modula realmente bien lo que ocurre con el motor. No es nada terrible, pero nos parece que falta sincronía ahí. 

El sistema de tracción no lo probamos en condiciones duras, pero se muestra efectivo cuando hay poca adherencia (pasto, tierra). Tiene un botón para bloquear electrónicamente el diferencial central en caso de necesitar más tracción aún.

Ahora, lo peor del tren motriz es su rendimiento, aunque no difiere tanto de modelos de marcas tradicionales con potencias similares (Hyundai, Kia, Nissan, Chevrolet), y está en línea con sus rivales del origen (Haval, Chery, MG).

Nos dio en carretera unos 9,5 km/litro, pero en el mixto, que incluyó zonas de baja velocidad, con varios cambios de marcha, subidas y bajadas (pero no condición de manejo en ciudad), bajo a 7,5 km/litro.

Lo mejor del paquete mecánico es la suspensión y la dirección. La primera ofrece una arquitectura McPherson adelante y Multilink atrás, lo que garantiza mucho confort de marcha.

En general, ofrece buen tacto, buena firmeza en curvas, con escaso rolido de carrocería, con un alto confort en rectas. Es una combinación que permite disfrutar del viaje y sentirse seguro a bordo.

Además, el proceso de compresión y rebote de los amortiguadores está bien controlado, algo que no es tan normal en los SUV del origen.

La segunda cuenta con asistencia eléctrica, y se siente muy directa y rápida de reacción. No se siente que flota bajo los 130 km/h, y en general lleva el auto hacia el lugar donde uno apunta con el volante.

Conclusión

El Geely X7 Sport no tiene nada que ver con los Geely que manejamos hace varios años ya, algunos de los cuales nos parecieron casi desechables.

Este SUV tiene buen diseño exterior e interior, transmite una buena calidad percibida, es amplio por dentro, cómodo de usar, silencioso, y muy funcional para quien va detrás del volante.

El motor responde bien y la caja está bien acoplada para extraer lo mejor de él, pero el consumo no está a la altura de lo que se espera de un auto modelo. Lamentablemente, no es un problema excluso de Geely, sino de toda la industria china.

Diría que su precio es alto, lo que nos permite mirar mucho más allá del espectro de modelos chinos. Y ahí entran a tallar otros factores, como la confiabilidad, el prestigio y los años de experiencia.

Si lo comparamos directamente con modelos del mismo origen (Tiggo, 7, Haval H6 y MG RX5), diría que tiene cosas a favor y otras en contra. Dependerá finalmente de qué privilegie el consumidor. Pero que nos gustó, sí, nos gustó y bastante.

Geely X7 Sport a prueba por Autocosmos

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