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Test drive: BMW X4 2019

La segunda generación del coupé sobre elevado ofrece un nivel de deportividad tan alto, que nos hace olvidar que estamos en un SUV.

Test drive: BMW X4 2019

El X4 de BMW es una versión más pequeña del X6, o dicho de otra manera, es el formato deportivo del X3, un SUV hecho y derecho que muestra su lado más animal en esta versión con carrocería de coupé sobre elevada.

Tras un éxito esperable tras su lanzamiento mundial a mediados de esta década (2014), BMW optó por darle continuidad con una segunda generación, presentada en el Salón de Ginebra de 2018 y lanzada en Chile hacia fines de ese año.

Como era de esperarse, este X4 utiliza la plataforma del nuevo X3 y exhibe algunos elementos de diseño que lentamente se han ido viendo en varios de los nuevos modelos de la marca (Serie 3, X5 y X7, partiendo por dos riñones frontales bastante mayores que los anteriores, reemplazo de los neblineros por finas tiras LEDs y las luces posteriores con el diseño interior en forma de L.

Estos y otros cambios visibles (luces frontales, capó, maletero, parachoques) van en una línea más evolutiva que de “borrón y cuenta nueva”, ya que lo principal, la silueta, sigue siendo la misma de siempre en el X4: la de un hermoso y estilizado coupé sobre elevado, con elementos que le confieren las características propias de un SUV. Y esa es la gracia de este creador de nichos.

No sólo es más largo, sino también más ancho, y está hoy montado sobre llantas de aleación de 19 pulgadas, todo lo cual le da una apariencia más grande y musculosa

Vale decir que nuestra unidad de pruebas es la X4 xDrive 20i M Sport X, que con un precio de $43.416.900, es la más accesible de la gama.

Lo nuevo

La base es nueva y eso significa que las medidas también cambian. El nuevo BMW X4 mide ahora 4.752 mm de largo, lo que significa que creció 81 mm respecto de su antecesor, y de ellos, 54 mm se adicionan entre los ejes para mejorar ostensiblemente la habitabilidad en las plazas traseras y también en el maletero.

Diría que hoy el X4 es más que bueno para dos adultos relativamente grandes (hasta 1,85 metros) o tres niños, ya que el problema principal es la altura, no el ancho ni el espacio para las piernas. Eso sí, al que le toque al centro habrá que darle doble ración de caramelos para que no reclame por el respaldo duro y el asiento elevado.

Lo principal es que la ganancia entre los ejes y entre las ruedas, así como una colocación de los asientos traseros levemente más abajo, consiguen elevar el confort en las plazas posteriores ya que no hay tanta sensación de encierro.

En cuanto al maletero, éste incrementó su espacio hasta 525 litros (+25), que lo pone por encima de su rival directo, el Mercedes-Benz GLC Coupé, y levemente por debajo de la maleta del X3, que es muy grande.

Además, tiene rieles para anclar la carga y los respaldos se pueden abatir en proporción 40:20:40, dejando un piso plano hasta detrás de los asientos delanteros, de casi 1,9 metros de largo, lo que lo vuelve muy funcional.

Si bien por dentro tampoco hay revolución estilística, se nota una mejora en materiales al tacto y acabados, algo que BMW nos viene mostrando con sus nuevos modelos. Detalles cromados, costuras a la vista y mucha tecnología a vista resaltan en un habitáculo que se nota actualizado.

Respecto del equipamiento, hay mucho y muy variado. Por fuera cuenta con luces adaptativas LED, paquete aerodinámico M Sport, rieles portaequipajes, las mencionadas llantas de 19”, sunroof y doble salida de escape.

Por dentro luce al frente una pantalla de 10,2 pulgadas, que es ahora táctil y compatible con Apple y Android, y tiene sistema de reconocimiento de gestos (sorprende gratamente la forma en que opera). Como siempre, se opera con el intuitivo y fácil de usar sistema de control iDrive.

Asistente de luces en carretera, sistema keyless con botón de encendido, control crucero adaptativo con función de frenado de emergencia, sistema de audio con 12 parlantes y amplificador de 205w, navegador GPS, advertencia de salida de carril, detección de peatones, aviso de tráfico cruzado y prevención de colisión trasera componen su robusto paquete de tecnologías.

La posición del conductor es muy cómoda, con asiento que cuenta con ajustes eléctricos y con memoria, aunque no termina de bajar hasta donde personalmente me gusta manejar. Pero claro, es un BMW X y no un Serie 4, y en esto se nota bastante.

Volante de tres puntas multifunción, marcadores digitales que simulan relojes analógicos y un tablero orientado hacia el conductor nos recuerda que BMW lleva décadas construyendo grandes posiciones para que el manejo sea lo más importante.

Como nuestra unidad de pruebas tiene un paquete de M Sport, incluye una serie de elementos propios, como las costuras en rojo sobre tapiz oscuro, el volante deportivo, la pedalera de aluminio y decoraciones en cromado opaco, entre otros.

Lo de siempre

El X4 xDrive 20i M Sport X equipa un buen motor gasolinero de cuatro cilindros que eroga 184 caballos de fuerza y 290 Nm de par, asociado a una caja automática de ocho marchas y al sistema de tracción total.

Puede no parecer mucha potencia para un vehículo de 1.720 kilos, pero resulta que empuja con total decisión cuando se requiere y da respuesta cuando el conductor pide más a través del acelerador.

Lo mejor de este motor es que tiene una entrega muy lineal, y asociado a esta caja resulta ser muy eficiente: en nuestra prueba en ciudad promediamos casi 9 km/litro, y superamos los 14 cuando entramos a una autopista a 120 km/h, lo que es más que destacado.

Lo mejor del X4 es que es muy confortable en general, lo que se manifiesta en que es silencioso de marcha, agradable de conducir por la suavidad del motor y fácil de llevar por el tacto de dirección. Además, es perfecto para la ciudad ya que cuenta con más de 20 cm de despeje (no toparemos en ninguna parte), y tiene una suspensión que amortigua realmente bien, aunque puede parecer algo seca para ciertos paladares.

Es menos confortable que un X3, por ejemplo, pero gana dinamismo, asumimos, porque el centro de gravedad está más bajo y la suspensión nos parece algo más firme. Esto nos permite mantener ritmo en zonas de curva, con casi nulo movimiento de carrocería, una dirección que va ganando tacto y velocidad de reacción, y frenos que actúan con certeza.

Sí, podríamos llegar a sentir que vamos en un buen coupé de la marca, pero si exageramos las cosas, el propio vehículo nos recordará que se trata de un BMW X. Para que nos entendamos, podemos ir más rápido que en casi cualquier SUV de este segmento, pero no más que un coupé de este tamaño.

Lo probamos también por un trecho de tierra en regular estado y nos volvió a parecer confortable. Diría que es muy lineal y poco propenso a tirar la cola hacia afuera. Cuenta con un sistema de asistente de descenso, aunque no pudimos probarlo.

Conclusión

Tremendo auto el BMW X4. No sólo se ve como un coupé, sino que se maneja como uno, ofreciendo cinco puertas, cuatro plazas, 204 milímetros de despeje al piso y un estilo de SUV que tanto gusta en esta época.

Es decir, la clave es ofrecer estilo y funcionalidad pero sin sacrificar la conducción, y en eso BMW se destaca. Pese a que esta versión está por debajo de los 200 caballos de fuerza, tiene tanto torque y está tan bien gestionado por la transmisión, que el motor de dos litros se siente mucho más pujante.

Y, por si fuera poco, mejoraron la habitabilidad, capacidad de carga, calidad percibida y equipamiento tecnológico.

Claro, el precio aumenta, pero también lo hace el pan, los tomates, la cuenta de luz y la gasolina. Ridículo si los autos no lo hicieran.

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