El C5 Aircross ya está en Chile (puedes leer nuestra nota de lanzamiento aquí), y con ello, Citroën puede ofrecer dos SUV dentro de una gama que hace apenas cinco años seguía estando compuesta por hatchbacks y monovolúmenes. Y considerando las tendencias del mercado, eso es oro puro para la marca.
El nuevo C5 Aircross se inserta en el segmento de los SUV mediano, el más vendido en Chile, y está directamente emparentado con el exitoso Peugeot 3008 y con el Opel Grandland X, utilizando no sólo la misma plataforma, sino que casi los mismos componentes mecánicos.
En Chile, se ofrece en siete versiones, con dos opciones de motor turbodiésel (130 y 180 Hp) y una de gasolinero (165 Hp), con cajas mecánica y automática y todos con tracción delantera. Vale recordar que el Grupo PSA aún no desarrolla ningún sistema de tracción AWD.
Para probarlo en todo tipo de condiciones y coincidiendo con la sexta fecha del Campeonato Mundial de Rally que se realiza en Chile, Citroën nos invitó a recorrer los caminos del WRC y algunas de las especiales de ripio que se usan en la competencia.
Fueron más de 250 kilómetros de recorrido, entre carreteras asfaltadas, caminos de montaña y rutas ripiadas, además del tránsito en medio de la ciudad, que nos permitió corroborar las principales cualidades del modelo, y también interiorizarnos de sus falencias. Y este es nuestro reporte.
Buena base mecánica
Al igual que el 3008 y el Grandland X, el nuevo C5 Aircross está construido sobre la plataforma modular EMP2 del Grupo PSA. Mide 4.500 mm de largo, 1.840 mm de ancho, 1.654 mm de alto y tiene 2.730 mm entre los ejes.
Si lo comparamos por tamaño, es uno de los más grandes considerando a sus competidores más directos. Por ejemplo, algo más corto que un Mazda CX-5 pero tiene 30 mm más entre los ejes. Al Peugeot 3008 le gana en tamaño (53 mm más) y distancia entre ejes (+55 mm), mientras que a un Jeep Compass lo supera en todas las medidas.
Una de las innovaciones que promete el C5 Aircross es la inclusión de los “Progressive Hydraulic Cushions” o amortiguadores hidráulicos progresivos, un especie de buje hidráulico instalado en los extremos del amortiguadores, y que actúa suavizando los desplazamientos finales del recorrido, minimizando la posibilidad de un golpe o de un rebote desagradable.
Diría que esta es la principal diferencia con el Peugeot 3008, que es algo más seco de comportamiento, especialmente sobre malos asfaltos.
Este sistema había debutado en el C4 Cactus lanzado en Chile en 2018 pero en este Citroën C5 Aircross funciona todavía mejor.
Estética propia
Otra diferencia con el 3008 y con varios otros competidores en el segmento SUV es la estética propia y bien lograda del C5 Aircross, con una estampa musculosa y muy robusta, un look moderno y claramente reconocible como un Citroën.
En el frontal destaca una parrilla que fluye horizontalmente y le da una sensación de anchura extra al vehículo, sumado a los chevrones que actúan como separador del capó con el parachoques, los grupos ópticos partidos en tres (luz diurna superior, foco principal al medio y neblinero abajo), y unas llamativas tomas de aire bajas.
La silueta, como dijimos, denota volumen y musculatura, con dos características bien clásicas en Citroën: una superficie vidriada modesta en tamaño, pero que tiene continuidad visual hacia atrás gracias a un pilar C oscurecido, y que entrega esa ya común sensación de ver un techo flotante (que en este caso cuenta con barras longitudinales). Y un sobresaliente despeje al piso de 230 mm (mejor que algunos 4x4 incluso) que visualmente se acrecienta con la nueva generación de Airbumps laterales, más pequeños en tamaño e instalados abajo en las puertas.
Atrás también se ve algo nuevo, con unos focos de gran visibilidad y una zaga que da la sensación de estar más levantada.
A eso agregue los paquetes de color con que Citroën intenta personalizar y diferenciar aún más sus modelos, y que en las fotos que apoytan esta nota se puede observar en las tomas de aiore frontales, airbumps laterales y barras de techo.
¿Qué hay por dentro en diseño? Bastante innovación, al estilo Citroën.
Destaca un volante semi achatado y multifunción, marcadores digitales en todas las versiones, una gran pantalla táctil de 8 pulgadas en el centro, pocos botones en el tablero, ocho salidas de aire cuadradas y una consola central bastante ancha y elevada, donde descansa una palanca de cambios tipo joystick y algunos mandos, incluyendo la rueda del Grip Control.
Diría que el habitáculo está bien resuelto en diseño, funcionalidad y construcción. No es lujoso, pero denota el uso de buenos materiales, de acabados muy bien logrados y terminaciones de calidad.
Asimismo, la marca juega mucho con las texturas, duras y blandas, lisas y rugosas, e incluso es posible encontrar, dependiendo de la versión, asientos de tela/cuero, tapizado con un trabajo propio de la industria de las maletas (que viene del C4 Cactus), y cuero con prespuntes a la vista en el mismo tablero.
En general tiene buena ergonomía, con una posición de manejo semi alta, acceso fácil a todos los mandos del auto y mucha visibilidad hacia el exterior.
También hay que destacar el uso de asientos que Citroën denomina Advanced Comfort, que son más anchos, tienen un relleno más mullido y afirman de manera excelente la espalda, haciendo que el tránsito de muchos kilómetros no se sienta en el cuerpo.
Como novedad en un auto francés, encontramos en el C5 Aircross numerosos portaobjetos para dejar cosas.
Gran espacio interior
Quizás si uno de los puntos más destacados del modelo es su habitabilidad. Ya vimos que es más grande que muchos de sus competidores y, sobre todo, ofrece más centímetros entre los ejes, que por si aún no lo sabes, es lo que define el espacio interior para los pasajeros.
Las plazas traseras son independientes y reclinables, lo que significa más comodidad para todos quienes vayan atrás (el asiento central es idéntico a los laterales). Por supuesto, caben tres adultos, tanto en el ancho, como el espacio para piernas y la cabeza.
Además, cada asiento se puede desplazar longitudinalmente hasta 15 centímetros, lo que permite, por ejemplo, tirarlos hasta atrás para que los pasajeros vayan holgados, o llevarlos hacia adelante para meter más carga en el maletero.
En la zona de carga cabe lo que quieras. Entran 580 litros si los asientos están en su posición más retrasada, por lo que empata al Toyota RAV4 con el maletero más grande del segmento. Además, es un espacio bastante recto y sumamente aprovechable, y cuenta con piso de doble altura. Y dependiendo de la versión, el portalón es eléctrico y con apertura gestual.
Pero si los asientos se mueven había adelante entran 720 litros, mucho más que algunos SUV con 7 plazas, lo que habla de lo bien aprovechado el espacio.
La verdad, resulta sumamente cómodo sentarse en un C5 Aicross en cualquiera de sus plazas. Los asientos son muy cómodos, hay espacio de sobra en todos lados y los accesorios están relativamente a la mano. Por ejemplo, hay salidas de aire y puertos USB para las plazas posteriores, y no hay sensación de encierro.
Finalmente, la aislación del habitáculo es muy buena, no se escucha el ruido del viento ni del motor, y algo de rodadura sí entra, aunque en nuestra prueba, el asfalto era muy rugoso para evacuar mejor las aguas.
Placer al volante
Como suele ocurrir con los autos de PSA, el C5 Aircross ofrece un muy alto confort de marcha, aunque en un estilo más europeo, con más aplomo que suavidad.
No se sienten vibraciones y ya dijimos que el habitáculo está bien insonorizado, lo que nos permitió sostener una conversación a un nivel normal, sin tener que gritar.
En nuestra prueba pudimos manejar ambas opciones diésel. La primera es un cuatro cilindros de 1.5 litros turbo, que eroga 130 caballos y 300 Nm desde las 1.750 rpm, asociado a una caja automática de ocho marchas. La segunda es un dos litros turbo, con 180 Hp y 400 Nm desde las 2.000 rpm, acoplado a la misma caja automática.
Ambas versiones son extremadamente eficientes y muy suaves de manejo, aunque ninguna es realmente silenciosa, lo que se percibe sólo cuando se está afuera o se maneja con el vidrio abajo.
Partamos por la primera, que debería ser la versión más vendida por Citroën. Pese a que sólo son 130 Hp, los 300 Nm de par desde muy abajo en la cuenta hace que este motor sea preciso para el uso normal en ciudad y carrera.
Hay fuerza de sobra de salida y es capaz de empujar muy decididamente cuando se requiere impulso para, por ejemplo, adelantar un auto en carretera.
Lo mejor es que el régimen de marcha a 120 km/h es notable, bajo las 2.000 rpm, lo que nos permite obtener rendimientos reales superiores a los 18 km/litro en carretera y por encima de los 14 en ciclo mixto, muy bueno para este segmento.
El motor de 180, como podrá suponerse, es impresionante en la forma que acelera. Los 400 Nm empujan con gran decisión, aunque en este caso, hay un turbolag levemente más marcado que en el de 130. En ambos casos es irrelevante y se sale muy rápido de él.
La caja es suave en los pasos de marcha y bastante rápida para estar asociada a un SUV, pero no es deportiva. En todo caso, si se apura la cosa como para realizar un adelantamiento, baja una o dos marchas y apoya la maniobra con bastante rapidez. También hay un modo Sport que, francamente, poco efecto sentimos, y las levas detrás del volante nos permiten llevar las cosas a nuestro ritmo, pero nada que sorprenda.
La suspensión del Citroën C5 Aircross es relativamente blanda y actúa con suavidad en cualquier tipo de camino, por encima de la media de sus rivales del segmento. Filtra bien incluso los impactos secos, provocando pocos zamarrones de carrocería.
En general, la carrocería tiene un grado de oscilación permanente, como si fuera flotando sobre la carretera, lo que es muy agradable para los ocupantes e invita al conductor a circular con tranquilidad por carreteras rápidas. Sin embargo, nos limita un poco a la hora de circular rápido por caminos revirados ya que el tren trasero es más lento para seguir la línea de lo que pide el conductor con el volante.
A no engañarse: sus reacciones en curva son seguras en cualquier situación, con mucho aplomo y confort en paralelo, pero hay SUV que ruedan mejor en curva y son capaces de ir más rápido, como un Subaru Forester y un Peugeot 3008, pero ambos son menos cómodos que el C5 Aircross.
Si alguien quiere ilustrarse mejor en esta materia, el sitio especializado www.km77.com realizó la prueba de esquiva (del alce) y calificó de manera sobresaliente el resultado de este SUV.
En caminos de ripio el comportamiento es todavía mejor porque se aprecia en toda su magnitud el efecto de los amortiguadores hidráulicos. El Grip Control, la verdad, no lo probamos en extremo como para poder dar un comentario fehaciente sobre su funcionamiento.
El paquete completo
El C5 Aircross se ofrece en tres niveles de acabados y equipamiento, Live, Feel y Shine, y todos están muy completos, incluyendo seis airbags, control de estabilidad y sistema de infoentrenimiento.
Nos encanta el marcador digital de serie, que además es personalizable. También que tenga pantalla con conectividad a Apple CarPlay y Android Auto. Una pena que el cargador por inducción de serie sea sólo para los modelos más nuevos.
Citroën no tiene modelos baratos en Chile, pero sí están todos bien equipados, ofrecen alta seguridad y mucha economía de uso.
Entonces, considerando la relación precio/equipamiento, y sumado la calidad general del modelo y la satisfacción que nos dejó la conducción, podemos decir que el C5 Aircross es un actor a considerar en el segmento de los SUV medianos.
Citroën C5 Aircross - Lanzamiento en Chile