En el vasto submundo de los SUV existen algunos segmentos intermedios bastante interesantes. Pasados los 20 millones de pesos y antes de llegar a los 30 millones, nos encontramos con cuatro tipos de SUV. El primer tipo corresponde a modelos de siete plazas, como puede ser un Honda Pilot o un Mazda CX-9. También tenemos autos como un Mitsubishi Montero Sport o un Chevrolet Trailblazer, también para siete pasajeros, pero en formato SUV tradicional (de monocasco sobre chasis de escalera). Tenemos crossovers compactos premium, que van desde un Audi Q2 hasta un Volvo XC40, onderos y donde pagas la insignia, el diseño y algunos detalles de calidad, en pos del espacio y el equipamiento. Y finalmente, un segmento que no es ni muy familiar, ni muy premium, el que técnicamente es el equivalente a un sedán grande del segmento D, pero hecho SUV, solo para cinco pasajeros.
En ese subnicho tenemos tres conocidos exponentes en Chile, el Nissan Murano, que bien puede ser un Nissan Altima o Máxima hecho SUV, porque claro, comparte sus plataformas; el nuevo Chevrolet Blazer, que podría ser un Chevrolet Malibu hecho SUV, por las mismas razones (aunque en una plataforma ligeramente modificada) y el auto que te mostramos a continuación, el Ford Edge, basado en una versión ligeramente modificada de la plataforma modular que lleva el Ford Fusion. Suena bastante lógico cuando nos ponemos al volante de estos modelos, ya que se asemejan bastante -aunque en clave SUV- a sus parientes sedán.
El Ford Edge llegó a Chile en el 2008, siendo revisado con un facelift para el 2011. Luego el 2016 aparece la segunda generación, renovada en abril de este año y acompañada de una nueva versión deportiva apellidada ST.
Dimensiones y diseño
Edge no cambia en sus dimensiones, manteniendo 4,78 metros de largo, 1,93 metros de ancho, 1,74 metros de alto y 2,85 metros entre los ejes, con un maletero de 507 litros. En comparación, Murano lleva 4,88 metros de largo, 1,91 metros de ancho, 1,72 metros de alto y 2,82 metros entre ejes. Blazer considera 4,86 metros de largo, 1,94 metros de ancho y 1,7 metros de alto, con 2,86 metros entre ejes. El dato clave en estas medidas, todas muy parecidas, es el alto ya que esta medida hace que Edge se perciba mucho más grande que sus rivales, que buscan apelar a un look ligeramente más deportivo. El espacio para las piernas en las plazas traseras está asegurado en cualquiera de las tres opciones, pero es Edge la que permite mayor espacio en nuestras cabezas y una visibilidad exterior mucho más amplia.
Otra cosa que ayuda a Edge a lucir más espaciosa es su diseño, el cual no ha cambiado mucho, pero no tiene las curvas voluptuosas de Murano o la presencia agresiva de Blazer para camuflar su habitabilidad. Las líneas más equilibradas de Edge (muy inspiradas en las del Fusion), permiten que la zona de los ocupantes se luzca más visualmente.
Los cambios estéticos los encontramos en el frontal, con nuevos focos, más angulosos y una parrilla frontal hexagonal mucho más vertical y prominente. También se ha modificado el parachoques frontal con nuevas entradas de aire (falsas, por supuesto) y neblineros de nuevo estilo, así como el capot, con un estampado en forma de U, en lugar de las dos nervaduras anteriores.
En la parte posterior también hay cambios, con nuevos ópticos, nuevo diseño en el estampado del portalón y el parachoques trasero, más agresivo y con un difusor color aluminio, así como una decoración en color negro que une las luces traseras.
Como contraste, el ST cuenta con proyectores bifocales en el frente, una parrilla de color negro con la insignia ST, llantas de 20", difusor trasero negro brillante y un kit de faldones y bajos, en color carrocería, discretamente más agresivos y diferentes a los que llevan los modelos estándar. El resultado es bastante interesante, puesto que se logra un look deportivo pero discreto a la vez, de buen gusto.
Interior
Puertas adentro nos encontramos con muchas cosas positivas, pero también otras no muy buenas. Para comenzar con lo bueno, algo por lo que siempre se ha caracterizado Ford, que es una contundente dosis de equipamiento.
SEL AWD incluye asientos de cuero, con calefacción y ajuste eléctrico, retrovisor fotosensible, dos pantallas de 4,2 pulgadas en el cuadro de instrumentos, cuatro tomacorrientes de 12v y un tomacorriente de 220v, volante forrado en cuero con comandos y paddle shift incluidos, sistema multimedia Sync 3 con reconocimiento de voz y pantalla táctil de 8", sistema de audio premium con nueve parlantes, dos puertos USB, carga inalámbrica, GPS, climatizador dual, alzavidrios one-touch para las ventanas delanteras, portalón eléctrico con función manos libres, techo panorámico, parabrisas con aislación acústica y vidrios tinteados.
El problema con el modelo SEL AWD (y con el Edge en general), es su baja calidad percibida en relación con su precio, algo de lo que igual pecan sus dos rivales ya mencionados. Algunos paneles plásticos lucen de mala calidad, mientras que otros detalles menores se ven mal ensamblados, en especial al centro de la consola. Los detalles símil aluminio tampoco ayudan mucho, al igual que el diseño general de la consola, el cual recibe un nuevo selector rotatorio para la palanca de cambios, permitiendo una sección central más despejada.
Pasando al modelo ST, este agrega sobre el SEL AWD, butacas más deportivas con costuras blancas y una mezcla entre cuero y microfibra (gamuza), con perforaciones e insignias ST, que la verdad, no nos molestaría si no viniese con ellas. El volante, también presenta cuero perforado y costuras blancas, con un distintivo ST en la parte inferior. Las costuras también las podemos ver en las puertas, entregando un conjunto más cuidado. El techo, así como los pilares llevan tapicería en color negro y frente al asiento del copiloto se luce una aplicación símil fibra de carbono. Todo ayuda a mejorar la sensación de lujo y calidad, pero aun creemos que le falta.
De equipamiento, el ST también tiene algunas cosas que lo hacen especial, como el ajuste eléctrico para el manubrio, calefacción y refrigeración para los asientos delanteros, asientos traseros calefaccionados, iluminación ambiental en siete colores, ventanas con tratamiento acústico en primera fila y sistema de audio Bang & Olufsen con 12 parlantes.
Seguridad
Otro punto fuerte en el Ford Edge es el ítem de seguridad. Control de tracción, programa anti vuelco, 8 airbags, torque vectoring, control de frenado en curvas y un larguísimo etcétera. Lo importante aquí es el programa Ford Co-Pilot 360, de serie para todos los Edge, con focos auto ajustables, monitor de punto ciego, alerta de tráfico cruzado, mantenimiento de carril, alerta de cambio de carril, asistente de pre-colisión con frenado automático y detección de peatones, cámara de retroceso con limpiador y sistema de frenado post-colisión.
Ahora, aparte está el paquete Plus, el cual suma en el modelo SEL AWD, control crucero adaptativo con detención, sistema de centrado en carril, dirección asistida evasiva, botón de encendido, brújula, encendido de motor a distancia, acceso keyless, sistema de llave MyKey configurable y acceso con clave Securicode. El ST añade cámara delantera de 180 grados configurable y asistente de estacionamiento en paralelo, perpendicular y salida de estacionamiento.
Ninguno de sus rivales ofrece tanto y hay que considerar que varios de estos ítems se pueden conseguir en los modelos inferiores. Lo único extraño, que, con tanto equipamiento, no se puedan plegar eléctricamente los espejos. No todo siempre puede ser perfecto.
Espacio, confort y ergonomía
Ya hablamos de que la habitabilidad es bastante grata, al igual que la postura al volante, con asientos que ofrecen una correcta sujeción y confort. El cojín del asiento del medio, en las plazas traseras es más blando que en muchos autos que hemos probado, lo que significa que podrán ir sentados cinco, sin sufrir. Los asientos además se reclinan, sin sacrificar mucho del maletero y ofreciendo un viaje más descansado. La insonorización lograda por los cristales, también es un plus y muy notorio en carretera, para ambos modelos.
La ergonomia es correcta, gracias a que el sistema multimedia es facil de usar y todos los comandos principales son de facil acceso. El climatizador solamente puede ser un poco extraño por sus botones dispuestos a ambos lados de los asientos y la operacion de las pantallas en el cuadro de instrumentos requiere un tiempo de aprendizaje. En el SEL, los mandos del climatizador son distintos, y por ende más faciles de usar, pero anticuados en su diseño.
Los espacios portaobjetos tambien se llevan elogios, como el que va sobre la pantalla del sistema multimedia o el que va debajo del apoyabrazos, muy profundo.
Performance
Lo interesante comienza al contrastar la propuesta del SEL AWD versus la del ST. Para comenzar con el primero, el SEL equipa un motor de dos litros Ecoboost (turbo e inyección directa), que ahora eroga 250 caballos (+5 Hp) y 380 Nm de par (+7 Nm). Este se asocia a una nueva transmisión de ocho velocidades y a un sistema AWD inteligente según demanda.
Su manejo es muy suave y nos recuerda bastante al Fusion, en el sentido de que todo está bastante asistido y privilegiando lo racional (consumo y confort). La dirección se siente un poco menos asistida que en el ST, aunque quizás eso se deba a que el modelo se carga más en curvas y que cuenta con neumáticos de perfil más alto que el ST.
Rólido y balanceo es esperable en un modelo como este, pero gracias a la tracción AWD y a su volumen, menor que en su hermana mayor, la Explorer, nos encontramos con un manejo más aplomado y que otorga seguridad.
El motor, aunque gana potencia, no es de aceleraciones violentas. Si, es decisivo, como cualquier motor de 250 Hp, pero todo suavizado con la transmisión, la que se apura bastante en llegar a las más largas para propiciar un mejor consumo. Las dos marchas extra, las podrás conocer en autopista, donde el consumo podría pasar tímidamente los 12 km/l, en especial si te ayudas del cambio manual. Los consumos de sus rivales, Murano y Blazer son un poco más altos en el papel, pero la verdad, las diferencias son mínimas como para poder poner a una en ventaja.
El ST en cambio, se hace con un motor 2.7 Ecoboost de 335 Hp y 515 Nm de par, reemplazando al 3.5 V6 que era la oferta más potente que tenia el modelo. Este motor, al igual que con los otros Edge, se asocia a una caja automática de ocho velocidades con modo Sport y un sistema de tracción AWD con programación deportiva. Además, el Edge ST gana una suspensión más firme y rebajada, así como frenos Ford Performance con discos más grandes. El sonido de los escapes tiene una amplificación sintética por los parlantes, de la cual nunca hemos sido muy fanáticos, en ningún auto que la equipe.
Las letras ST tienen un linaje bastante reconocido entre los fanáticos de la marca del ovalo, así que bautizar al Edge ST como un crossover deportivo es derechamente un juego de expectativas, las que lamentablemente no se cumplen completamente. El motor, es una bestia, porque de que corre, corre. Y la tracción AWD ayuda muchísimo a mantener al Edge dentro de sus cabales, pero hay que recordar que sigue siendo un crossover, por lo que llevarlo al límite, también vulnerará los efectos de la suspensión deportiva o los frenos, estas advertido.
Lo que no nos gusta para nada y sentimos que es el principal enemigo del Edge ST, es la transmisión de ocho velocidades, la que se devora buena parte de la potencia y del torque. Si, es una buena transmisión cuando manejamos en ciudad o para cualquier otro uso, pero que lamentablemente no colabora a la hora de honrar esa insignia.
En resumen
¿Quién gana la batalla de los Edge? En lo personal, preferiría sacrificar un poco de equipamiento, en pos de un auto cuya propuesta es más honesta, por lo que el SEL AWD nos parece un trato más consistente que el ST. No nos malentiendan, el Edge ST es un gran crossover, pero debes obviar las insignias deportivas. Si se llamara Edge Sport y le quitaras un par de millones a su precio de lista, las expectativas de muchos, cambiarían.
Veloz, brutalmente equipado y además muy cómodo para cinco personas, el ST logra tibiamente ofrecer ese valor agregado extra que en este caso es la deportividad (y al nivel que sugiere su insignia), con la justificación de un excelente motor. Un ejemplo de un auto que ofrece un plus aparte, es el Jeep Grand Cherokee, el cual compite muy bien en este segmento, pero con el añadido de que es un auto con competentes capacidades off-road y que si se validan como un valor agregado notable en su experiencia de manejo.
¿Recomendado? Pero claro. El Chevrolet Blazer tiene el carácter y el estilo, así como buenos trucos tecnológicos, el Nissan Murano también juega la carta del estilo, pero en un tenor menos agresivo. Edge tiene menos carácter que ambos, pero tiene más sustancia y a precios bastante considerables.
Test Drive Ford Edge 2019, SEL AWD y ST frente a frente