El e-tron fue el primer auto eléctrico de Audi, un SUV grande que fue develado en septiembre de 2018 y aterrizó en Chile en octubre de 2021, ya con carrocería Sportback, una de las tantas adiciones que recibió la gama.
Tras unos buenos años en el mercado, Audi decidió actualizar el modelo y mejorar todos aquellos aspectos que habían sido criticados por los usuarios, para acercarlo a los modelos eléctricos premium de nueva generación. Y de paso, aprovechó la instancia para darle un nuevo nombre.
Y es que e-tron se convirtió en el apellido de toda la familia eléctrica de Audi, y tener un modelo cuyo nombre sea el apellido, es toda una confusión. Así, desde ahora, los e-tron SUV y e-tron Sportback se llaman Q8 e-tron y Q8 e-tron Sportback, y las versiones S pasan a denominarse SQ8 e-tron.
Y como algunos de ellos van a llegar a Chile más bien pronto, nos fuimos a Alemania a manejarlos y conocer de primera mano todas sus mejoras, que según la marca se aglutinan en cuatro áreas: mayor autonomía, mejores tiempos de carga, rediseño exterior e interior, y un manejo más dinámico.
Manejamos las versiones Q8 e-tron 55 con ambas carrocerías, que son las del medio en términos de potencia y las que mayor autonomía ofrecen. Es el modelo definido para ir a Chile a fines de 2023 o inicios de 2024. Seguro estará el Sportback, y por confirmar el SUV. Las versiones 50 más accesibles o las deportivas SQ8 están descartadas. Al menos por ahora.
Audi Q8 e-tron: el rediseño
Partamos por las dimensiones, que no cambian en absoluto respecto del su antecesor. Mide 4,91 metros de largo, 1,94 metros de ancho, 1,63 metros de alto (1,62 en el Sportback) y 2,92 metros entre los ejes. Es un SUV grande y con mucho espacio de carga.
El volumen del maletero cuenta con 569 litros en la carrocería SUV y 529 litros en el caso del Sportback. A ello se añaden los 62 litros adicionales bajo el capó delantero.
Respecto del diseño, la marca nos dice que define una nueva identidad que llegará al resto de modelos de Audi, sean eléctricos o no. O sea, el Q8 e-tron es un punto de inicio, lo que refleja su importancia. Sin embargo, hay que decir que muchos cambios respecto del e-tron anterior no tiene. Y quizás tampoco los necesitaba. La marca hace hincapié en que el diseño se enfocó en mejorar la eficiencia aerodinámica.
El frontal luce una nueva parrilla “singleframe” que está levemente más cerrada que la anterior, y cuenta con lamas de activación automática según las necesidades de refrigeración que se tengan.
Se ha rediseñado el logo para hacerlo bidimensional, y hay un nuevo marco del color de la carrocería que también sostienen los faros. Y por encima, lo más llamativo del rediseño, aparece una nueva tira LED que prácticamente une ambos faros, los que pueden ser matriciales si se elige esta opción.
Los faros también fueron tocados en su diseño y se añadieron cuatro pequeñas líneas LED horizontales por debajo que funcionan como luces diurnas. Hay nuevos canalizadores y unos deflectores por delante de las cuatro ruedas, que eliminan las turbulencias y mantienen los flujos de aire pasando rectos por debajo del piso.
Vale decir que con sólo estos pequeños cambios se mejoró el coeficiente de resistencia aerodinámica de 0,26 a 0,24 para el Audi Q8 e-tron Sportback, y de 0,28 a 0,27 para el Q8 e-tron.
En cuanto a su estética, el auto se ve moderno, elegante y tecnológico, sobre todo cuando equipa los retrovisores digitales. En la silueta vemos unas decoraciones nuevas sobre los estribos, la inscripción del auto en el pilar B, y unas nuevas llantas Audi Sport Aero de 5 brazos y 21 pulgadas en color negro. En la zaga destaca un nuevo parachoques que realza el diseño tipo difusor, y los faros recibieron el mismo diseño de cuatro líneas horizontales que en el frontal.
Por dentro no hay cambios en el diseño, que sigue siendo muy tecnológico y moderno, pero sí en la percepción de lujo, que ahora es más alta.
Hay un nuevo material reciclado por encima de las pantallas denominado Tech Layer, que está fabricado parcialmente con botellas PET, y hay disponible cuero sintético y microfibra Dinámica para los acabados S Line.
El puesto de conducción del Q8 e-tron tiene todo a la mano, gracias a la disposición de los elementos del MMI Touch, que cuenta con una pantalla de 10,1 pulgadas para el infoentretenimiento, de 12,3 pulgadas para los marcadores digitales, y de 8,6 pulgadas para los manos del climatizador. Es un sistema personalizable, rápido de respuesta y sencillo de manejar.
Y a ello, dependiendo de la configuración, se pueden añadir tres pantallas más: un head-up display a todo color y las dos pequeñas pantallas en las esquinas del tablero para los retrovisores virtuales.
Y hablemos inmediatamente de ellos: no nos gustan, por muy tecnológico que sean. Primero, están puestos muy abajo y no es natural mirar hacia ese lugar. Segundo, se pierde profundidad respecto de lo que ocurre en la calle. Y tercero, no cambia la angulación por mucho que uno se mueva. Recomendamos definitivamente los espejos normales.
Vamos al apartado tecnológico, ya que aquí destacan hasta 40 sistemas de asistencia al conductor, 5 sensores de radar, 12 sensores ultrasonidos y las luces Digital Matrix LED. No podía ser menos considerando que es el buque insignia de la electrificación de Audi.
Las plazas traseras son muy amplias y cómoda para dos adultos, con buena reclinación del respaldo, y mucho espacio en la cabeza y para meter los pies bajo los asientos. Incluso, por anchura, la plaza central es utilizable, aunque es un poco dura. Estas plazas cuentan con salidas de aire y ajustes propios de climatización.
Audi Q8 e-tron: autonomía y tiempos de carga
Audi indica que el tema de la autonomía era la mejora más necesaria en el e-tron, y lo consigue incorporando nuevas baterías con una química mejorada, mayor densidad energética y una nueva estructura por capas, consiguiendo una batería con mayor capacidad a un menor tamaño.
Para el Audi Q8 50 e-tron pasó de una batería de 71 a 95 kWh de capacidad, mientras que “nuestro” 55 e-tron pasó de una batería de 95 kWh a otra de 114 kWh. Y con esto, la autonomía subió un 32% hasta los 595 kilómetros en ciclo WLTP para el Sportback, y de 576 km para el SUV.
Ambas carrocerías del 55 e-tron cuentan con dos motores, uno delantero y otro trasero (por lo tanto, tracción quattro), que generan una potencia conjunta de 300 kW en modo boost (408 Hp) y un par máximo de 664 Nm.
Audi también mejoró los tiempos de carga al ofrecer mayor capacidad de carga en corriente continua, pasando en el 50 e-tron de 120 a 150 kW, y en el 55 e-tron de 150 a 170 kW. Con esto, ofrece una recuperación de 20 a 80% en 26 minutos y de 10 a 80% en 31. Son tiempos parecidos a los anteriores, pero con una batería más grande.
Audi Q8 e-tron: comportamiento dinámico
La marca indica que trabajó varios elementos del chasis para ofrecer una dinámica conductiva más a tono con la marca.
Mejoró la dirección consiguiendo una mejora del 10% en agilidad, maniobrabilidad, respuesta y en comunicación. Pero también mejoró el trabajo de la suspensión neumática para reducir en un 10% los rolidos laterales de la carrocería.
Nuestra prueba de manejo se realizó casi en exclusiva por las rectas y rápidas Autobahn alemanas, y poco pudimos probar la agilidad en curvas. Sin embargo, podemos dar fe de que el nuevo Q8 e-tron es ágil, rápido de reacciones y transmite mucho de lo que ocurre bajo las ruedas a las manos del conductor.
Son 2,5 toneladas de peso que prácticamente no se sienten en los movimientos laterales producidos por los cambios de apoyo, con un rolido bastante controlado y mucha sensación de aplomo y estabilidad.
Me sorprendió que no se sintiera como un misil cuando pisábamos el acelerador, como sí me ocurrió con los BMW i7 e iX que recientemente manejé en Alemania. No sé si será el peso mencionado que lo hace algo más lento de reacción, o una configuración específica de Audi. En modo Sport parte más rápido pero, nuevamente, sin dejarme la espalda enterrada en el respaldo.
Obviamente que acelera y mucho. Es capaz de llegar a 200 km/h en poco tiempo y quedarse ahí, ya que está limitado a esta velocidad. O recuperar muy rápido para un adelantamiento. Es un auto con mucha potencia, más torque aun, que es capaz de transmitirlo más que bien a las ruedas.
Un punto aparte es la calidad de manejo, que es superlativa. La cabina está sumamente bien insonorizada y el silencio de marcha sólo se matiza con algo de ruido de rodadura y del viento en los espejos, pero claro, cuando manejamos la versión con cámaras laterales, ese sonido desapareció por completo.
Además, los asientos son una delicia, cómodos, con buena sujeción, múltiples ajustes e incluso climatización, para que el viaje sea agradable.
Audi Q8 e-tron: conclusiones
No fue sólo un cambio de nombre: el nuevo Q8 e-tron es un mejor vehículo eléctrico para Audi, más a tono con lo que su competencia directa está lanzando al mercado.
Autonomía de primera clase, tiempos de carga rapidísimos (en Europa, claro), buenos niveles de potencia, un interior moderno, tecnológico y bien equipado, y un rediseño que lo diferencia de su antecesor.
Por su tacto conductivo, es un verdadero Audi, pero ahora, sin emisiones. Un auténtico embajador de la electromovilidad que promete la marca.
Test drive Audi Q8 e-tron 55