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Test drive Omoda C5: muy bueno para el precio

El primer modelo de la nueva marca ofrece un paquete muy completo a un valor muy accesible.

Test drive Omoda C5: muy bueno para el precio

Si hay un modelo que ha hecho ruido este año en Chile, ese es el Omoda C5, quizás porque es el primer modelo de la marca china y ha contado con un despliegue comunicacional superlativo, o quizás porque es realmente un muy buen auto que ha estado en la boca de todos. Nosotros nos inclinamos a pensar que es por ambas cosas.

Autocosmos realizó con el C5 una prueba distinta a todas las demás. Manejamos dos autos idénticos hacia el sur de Chile, tanto por carreteras principales como por caminos secundarios asfaltados y ripiados. Subimos un volcán, cruzamos un bosque de araucarias, cruzamos hacia Argentina por un paso nevado, recorrimos parte de la pampa trasandina, y nos devolvimos a Chile por un parque nacional, y luego sobre un ferry navegando sobre el Lago Pirihueico. Encontrarás el video de esta experiencia más abajo.

Al final hicimos 2.000 kilómetros en tres días, suficiente como para saber que el Omoda C5 es una de las mejores propuestas lanzadas en nuestro país este 2024, destacando por una buena habitabilidad, una dinámica de conducción muy consistente, y una relación precio/producto excepcional.

El Omoda C5 se lanzó en Chile en enero de este año (puedes ver las versiones y equipamientos en esta nota), y se ofrece en tres variantes con precios entre $15.990.000 y $19.490.000 (agosto 2024), sin considerar bonificaciones, que lo hacen partir en $13.990.000.

Omoda C5: el producto

El Omoda C5 es el primer modelo de una nueva marca del Grupo Chery creada exclusivamente para mercados de exportación. Es un crossover mediano de diseño agresivo y moderno, que se ofrece con dos motorizaciones turboalimentadas y una base de equipamiento sumamente completa. 

El primer motor disponible es un 4 cilindros turbo de 1.5 litros, que ofrece 145 Hp y 210 Nm de torque a 1.750 rpm, acoplado a una caja automática CVT. La segunda opción, que fue la utilizada en nuestra prueba de manejo, es un 1.6 litros turbo de cuatro cilindros con inyección directa de gasolina, que genera 183 Hp y 275 Nm de par a las 2.000 rpm, gestionado por una caja automática de doble embrague y 7 cambios (DCT 7). En ambos casos la tracción es delantera.

Construido sobre la plataforma T1X del grupo Chery, una base modular de desarrollo vigente, el Omoda C5 es un crossover del segmento C que mide 4,40 metros de largo, 1.83 metros de ancho y 2,63 metros entre ejes, ofreciendo 15 centímetros de despeje al piso (por eso es un crossover y no un SUV). Cuenta con suspensión independiente en el eje delantero, con anclajes de tipo McPherson, mientras que atrás ofrece un eje semi rígido. Los cuatro frenos son de disco, ventilados adelante y sólidos atrás. 

En cuanto al diseño, Omoda lo denomina Art In Motion y destaca por algunos interesantes rasgos de estilo. A simple vista destaca la parrilla sin marco con diseño paramétrico e inspirado en diamantes, unas finas luces DRL LED que se unen a través de una barra cromada, y dos proyectores cuadrados para las luces principales.

Como buen crossover del origen, cuenta con techo negro y pilares oscurecidos para darle un look bitono, la silueta destaca por una caída tipo "fastback" terminada en un spoiler superior, y las luces LED traseras van unidas a través de una barra que se ilumina. 

No soy fanático de este tipo de diseño tan agresivo ya que prontamente queda fuera de moda y se ve añoso. Pero en este caso, el Omoda C5 luce bien, compacto agresivo y con una buena postura sobre la ruta. Y lo principal es que viene muy equipado, incluyendo luces Full LED, neblineros, espejos exteriores eléctricos y calefaccionados, vidrios traseros tinteados, doble salida de escape real y llantas de 17 y 18 pulgadas en negro con detalles en rojo, a juego con los cálipers de freno que son del mismo color.

Omoda C5: impresiones del interior

No vamos a entrar en detalle de los niveles de equipamiento, pero podemos garantizar que de serie pocos modelos del segmento ofrecen tanto valor, y ni hablar de las versiones superiores, que incluyen una docena de asistencias a la conducción, además de cargador inalámbrico de teléfonos y conectividad a Apple CarPlay y Android Auto.

Acá nos detendremos a hablar de la apreciación de calidad, del espacio interior y de la operatividad, que suele ser el punto más débil de las propuestas chinas.

Partamos por el diseño, que tiene más pros que contras. Podemos nombrar entre estas últimas una especie de plataforma tapizada en gamuza específica para dejar teléfonos y cargarlos, ubicada en la parte superior de la consola central. Es útil, cierto, ya que caben dos teléfonos, pero es una solución extremadamente fea y, además, aseguramos que mostrará un desgaste extremo en poco tiempo más.

El resto de la consola es normal, con un posavasos doble, una bella palanca de cambios, botones para freno eléctrico, una perilla para el audio y mucho lugar para dejar cosas.

El tablero es el que asume el concepto futurista de Omoda, con sus tradicionales dos pantallas de 10,25" (marcadores e infoentretenimiento), cada una unidas dentro de un mismo encastre puesto en voladizo. Como suele ocurrir con estos autos, hay una botonera táctil que, aunque luce futurista, no resulta muy funcional ya que en lugar de resolver problemas, obliga a desviar la mirada del camino para saber qué estamos oprimiendo.

Omoda dirá que precisamente para eso es que ofrece un asistente por voz, pero no me gustó como funciona, es muy sensible a las conversaciones cotidianas y está preguntando a cada rato qué es lo que necesitamos. 

 

Además, el diseño y funcionalidad de la intrefaz es algo no resuelto por la industria china. Es demasiado complejo, con menús sobre menús que obligan a navegar dentro del sistema, y eso ya sabemos lo que significa si es que vamos manejando.

Lo que sí me gustó y mucho es la percepción de calidad. Hay detalles de un auto de mayor valor, sin duda, como el diseño de los asientos en una sola pieza o la variedad de texturas en la consola central. En general, salvo por el exceso de protagonismo que tiene el piano black (que ya sabemos que envejece mal), la impresión de calidad de materiales y acabados es buena.

En lo que respecta a ergonomía, la posición de manejo es buena, con asientos cómodos que cuentan con ajuste eléctrico. Yla visibilidad está bien salvo por el espejo central, que es lo peor que tiene el Omoda C5. Tiene como un efecto "ojo de pez", que aleja todo lo que se refleja en él, haciendo que la visibilidad hacia atrás por la luneta central sea mala. Por favor, cambien ese espejo.

En cuanto al espacio interior, se trata de un vehículo de 4,40 metros de largo, con dos plazas delanteras excepcionales y un muy correcto espacio en las plazas traseras. Cuenta con buen espacio para las piernas y cabeza, y caben los pies debajo del asiento delantero. La anchura está limitada, por cierto, además de que el asiento central es duro. 

Respecto del maletero, mucho equipaje no entrará, mal que mal, son alrededor de 350 litros de capacidad, lo que no es bueno para el segmento medio.

Omoda C5: impresión de manejo

Ya te contamos cuáles son las opciones de motor para el C5. Nosotros manejamos la variante tope de gama Prestige, que viene asociado al motor 1.6 Turbo GDI y la caja de doble embrague.

Es un motor que empuja bien y tiene una respuesta más que correcta para los 1.500 kilos de peso en seco del auto. Es normalmente responsivo, especialmente sobre las 2.000 rpm, y recupera bastante bien en velocidades medias, aunque no es un velocista. No es rápido ni explosivo, pero está lejos de sentirse lento.

En esta materia lo afectan dos cosas: hay un turbolag inicial que aborta cualquier intento de sprint, y la caja es algo torpe en seguir lo que quiere hacer el conductor. Es lo que suele ocurrir con estas transmisiones de doble embrague de origen chino. La parte buena es que es muy suave de reacciones y funciona pensando en la eficiencia.

En nuestro recorrido de más de 2.000 km nos dio en promedio 13,2 km/litro, que no está nada mal. En ciudad pura anduvimos en torno a los 11,5 km/litro, y en carretera a 120 km/h promediamos unos 14 km/litro.

Vamos al chasis. La dirección es algo artificial y sintética, pero cada vez hay más comunicación con el conductor. En general es rápida de respuesta y tiene reacciones más precisas, aunque sigue siendo muy liviana para mi gusto personal.

La suspensión y puesta a punto es de lo que más me gustó. La norma en el origen son amortiguadores blandos que colapsan y golpean cuando se les fuerza, y que generan una conducción que se asemeja a un paseo en lancha. Con el C5 ambas cosas desaparecen.

Hay una buena sensación de apoyo, y mucha estabilidad lineal y especialmente en curva, que hacen que el auto se sienta aplomado. No hay que abusar porque no es un deportivo y tiene un centro de gravedad más alto, pero se puede empujar sin susto. Y respecto de los amortiguadores, son de buena calidad. Los tratamos mal, pasamos lomos de toro fuerte, anduvimos rápido por el ripio, y pese a que ofrecen un amplio recorrido, no sentimos ni un golpe ni en compresión, ni en extensión.

Aunque está configurado para ofrecer un gran confort de marcha, en el C5 hay reacciones más precisas, mucha mayor agilidad y sensaciones de mayor dinamismo, lo que transmite una calidad de marcha superior.

Omoda C5: conclusiones

El C5 es una recomendación segura para quienes busquen un SUV mediano, porque la marca china ofrece muchísimo por estos niveles de precio, y es un lujo.

Alto equipamiento de confort, muchísima seguridad, buen look exterior, mucho espacio interior, y dos opciones de motor turbo, por menos de 20 millones de pesos. Insisto, un lujo.

Pero el auto anda bien. Es confortable, dinámico, seguro, ágil, divertido... Diría que en esta materia no falla en nada. Hay problemas, cierto, especialmente en la intercación con el sistema de infoentretenimiento y en la facilidad de uso. Tampoco me gusta que haya tanto piano black o que tenga ese espantoso espejo central. Pero son detalles.

El Omoda C5 convence donde debe hacerlo: en el manejo, en el equipamiento y en el precio.

Test drive Omoda C5 2024

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