
El fervor con el que las marcas de auto movilizaban a sus equipos para correr hacia el portal de la electromovilidad se acabó. El baño de realidad ha recaído en muchos fabricantes, quienes han tenido que enfrentar este periodo con honestidad y reconocer que la aceptación de la electromovilidad será mucho más lenta de lo esperada. En el caso de los fabricantes más generalistas, los autos siguen siendo muy caros, mientras que en segmentos altos, el público no los quiere porque justamente el motor térmico es lo que ellos desean, por tradición y justificación de valor.
Porsche es la última marca en sumarse a los anuncios de reajuste y eso trae algunas noticias interesantes que a varios les va a gustar.
Vuelven los motores térmicos
Como los modelos eléctricos no serán los protagonistas en esta etapa, Porsche estirará la vida de autos como el Panamera y el Cayenne, los que serán impulsados por motores a combustión y alternativas híbridas enchufables. Estas actualizaciones podrían llegar como un potente facelift o como una nueva generación, los que llevarán estos propulsores hacia la década que viene.
Esto también afectará al proyecto K1, el futuro SUV de gama alta que quedará por sobre el Cayenne. Este modelo, originalmente concebido como eléctrico, también debutará con motores térmicos y enchufables antes que su variante eléctrica. Y para apoyar al Macan, Porsche estrenará un modelo que tomará el lugar del Macan a combustión, basado en la plataforma PPC (Audi Q5) para que su lanzamiento sea más rápido.
Y la mejor noticia es que los futuros 718 también recibirán un motor a combustión en sus versiones más altas, presumiblemente alguna denominada "RS".
¿Cómo queda la alineación de Porsche?
Finalmente, el único modelo completamente eléctrico seguirá siendo el Taycan, mientras que el resto de la gama tendrá para elegir. Al menos en el segmento de los SUV tendrán de las tres alternativas, con la diferencia que la versión eléctrica del "K1" se retrasará, ya que depende del desarrollo de la nueva plataforma premium eléctrica de Porsche, sinergia que también retrasará a otros modelos del Grupo Volkswagen.
Con este esfuerzo, Porsche se prepara para un periodo de resiliencia donde esperan que estos reajustes en la gama les permitan hacer frente al descenso en ventas de China, a los impuestos de Estados Unidos y también a la aceptación de los modelos eléctricos. Si este reajuste estratégico resulta bien, el impacto repercutirá positivamente a mediano y largo plazo.