Suzuki escogió febrero como fecha para mostrarnos al Suzuki Swift Sport, un auto que ya estaba haciendo ruido por dos cosas: su nuevo motor Turbo y su bajo peso. Con esas dos palabras magicas, como no ibamos a querer ponerle las manos encima, considerando que el Swift siempre ha sido un auto muy entretenido de manejar. Y en Codegua, finalmente pudimos constatar por nuestros propios medios lo bien que le sienta el motor Turbo y lo entretenido que es llevarlo de curva a curva. Asi que nos pusimos en la fila para repetirnos el plato y conocerlo un poco más para ver si en ciudad era tan entretenido como en la pista. La respuesta es una sola: si y mucho.
Dimensiones y diseño
En sus dimensiones, el Swift mide 3.890 mm de largo (50 mm más que el Swift normal), 1.735 mm de ancho y 1.495 mm de alto, además de una distancia entre ejes de 2.450 mm. Se mantienen las mismas ventajas que tiene el nuevo Swift versus su antecesor, que se pueden apreciar en una distancia entre ejes más amplia y un mayor ancho, para un habitaculo mejor aprovechado. El maletero, sigue siendo el más pequeño del segmento, pero al pasar de los 210 litros a 242 litros, es bastante más usable.
Los 50 mm extra que gana el Swift Sport con respecto al normal, tienen que ver con sus razgos deportivos especificos en el frontal, los que son mucho más marcados que los que tenia la generación anterior. En el frente vemos una gran boca invertida, más ancha en la parte inferior para recalcar su agresividad. Esta toma de aire es más prominente y va apoyada de dos neblineros en cada costado, en encastres que simulan ser dos tomas de aire. La trama de la parrilla también es distinta, imitando una malla, al lado de las rejillas horizontales del modelo convencional. En la zona inferior, vemos un discreto spoiler y faldones en tono negro. Remata el parachoques trasero con dos salidas cromadas de escape y un spoiler superior. Las llantas de 16" (bitono) se nos antojan muy pequeñas y nos duele, sabiendo que en Japón, se comercializa con unas de 17" que le lucen bastante más. Como siempre, el mitico color amarillo del Swift Sport, no puede estar ausente de la ecuación.
El resultado general, es el de un auto más agresivo. A muchos de primera vista no les gustó el cambio estetico, al lado del frontal más cuneiforme del anterior, pero de a poco se iran acostumbrando. Ah y claro, como el original ya no se fabrica en tres puertas, este tampoco. No importa, porque los modelos tres puertas no los conocimos en Chile (salvo por un par de unidades) pero como la manilla de las puertas traseras queda oculta en el pilar C (como en el Swift normal), se da una ilusión de tres puertas que le juega muy a favor. El techo flotante y los pilares frontales en color negro, se mantienen también del Swift original.
Interior y equipamiento
El Swift Sport es una versión del Swift normal, por ende, el interior es prácticamente el mismo. Esto es bueno y malo para varias cosas, diferenciándose del modelo normal por un clúster revisado, con un completo computador a bordo que además presenta un gráfico de fuerza G, medidor para la entrega del turbo y el acelerador, así como las cifras de consumo. Los asientos son reemplazados por butacas especificas deportivas que nos mantienen firmes y cómodos mientras navegamos de curva en curva. Cierran el paquete, acentos rojos, costuras rojas, aplicaciones en negro con degradé en rojo y pedales deportivos de aluminio.
De equipamiento, el Swift Sport parte donde termina el Swift más equipado, la variante GLX. Esto significa que, a lo mencionado, se agrega volante multifunción (audio, control crucero) forrado en cuero regulable en altura, alzavidrios eléctricos (one touch para el conductor), espejos eléctricos exteriores con intermitentes y abatibles eléctricamente, climatizador, focos delanteros de encendido automático con lupa y luces LED de uso diurno, sensores y cámara de retroceso más un sistema de audio Blaupunkt con panel táctil y Bluetooth, así como soporte Mirrorlink, que está correcto, pero que aún queda al debe con Apple Carplay y Android Auto.
En cuanto a seguridad, el Swift Sport equipa 6 Airbags, ESP, cinturones de 3 puntas, frenos de disco en las 4 ruedas con ABS, distribución electrónica de frenado y asistente de frenado de urgencia, anclajes ISOFIX e inmovilizador electrónico, así que no podemos quejarnos de absolutamente nada aquí.
Sin embargo, repetiremos el comentario acerca de sus plásticos. Estamos claros, que Suzuki no es una marca de lujo, pero, aun así, no es necesario ser una marca de lujo para tener plásticos de mejor apariencia. Nada que decir sobre la ergonomía o el armado, pero para un auto que se precia de deportivo y sobre los 10 millones de pesos, hay que mejorar. Las plazas de atrás son más amplias que en generaciones anteriores, pero para dos adultos solamente.
Mecánica y conducción
Tal como señalamos durante el lanzamiento del Swift Sport, Suzuki pasó de un motor M16A 1.6 aspirado a una motorización turbo 1.4 DOHC 16V (K14C) tomada prestada del Vitara, pero con trucos extra. Se modificó el sistema de inyección directa, la gestión electrónica, la bomba de combustible y el turbo cargador (proveniente de Mitsubishi y que sopla a 1.2 bar), para lograr 138 Hp a las 5.500 RPM y 230 Nm de torque entre las 2000 y 3500 RPM. Si bien la diferencia en potencia, versus el Swift aspirado de la generación anterior no es mucha, los cambios son aparentes en la línea de torque y en la eficiencia del motor. De hecho, con una relación peso potencia de 7 kilos por Hp (mejora de un 11% versus el anterior) y una notable relación de 4,2 kilos por Nm (mejora de un 59%) ya las diferencias son más que perceptibles.
Pero el motor no lo es todo. El Swift Sport, aunque ligeramente más pesado que un modelo convencional, sigue estando bajo una tonelada, clavando 970 kilos en la balanza y 20 kilos más si lo pedimos con la caja automática de 6 velocidades. Es muy poco peso (en estos tiempos) para un auto de casi 140 Hp y con 230 Nm encima, por lo que estos números emanan con mucho menor esfuerzo. Estamos claros, no es un Clio RS o un Peugeot 208 GTI, pero el Suzuki les pega justo donde más les duele, y todos sabemos que el peso es la mejora más agradecida para cualquier auto deportivo.
Su performance se ve aumentado con un tren de rodaje más robusto, gracias a cunas, bandejas y masas reforzadas, sin olvidar su esquema de suspensión deportiva, fabricada por Tenneco y neumáticos Yokohama Advan 195/50 que aportan muchísimo en materia de grip.
En ciudad, se portan las mismas sensaciones que logramos conocer en pista. Hay una comunicación bastante transparente entre conductor y máquina, algo fundamental para poder llevarse bien con el Swift. Y es esa transparencia la que encanta, sin contar que es un auto al que no se le nota ningún esfuerzo. Acelera y frena con ganas, dobla con agudeza (siendo de asistencia eléctrica, transmite lo que sucede adelante) y reacciona casi naturalmente a nuestro movimiento. Es un auto que no agota y que no se agota, no tienes que pelear con él para que sea tan suave o tan agresivo como te guste conducirlo. En caminos intrincados, conejeando por calles pequeñas, se hace un gusto.
El turbo lo ayuda fundamentalmente en la agilidad a la hora de salir, pero se nota mucho más en como recupera. Un novato, podría perder tiempo al pasar erróneamente un cambio en algún trazado de pista, pero gracias a lo bien que recupera potencia, te da oportunidades para que puedas enmendar el error.
Nos encantó la caja manual, porque es parte fundamental de su experiencia de conducción más análoga, pero si por algún motivo necesitaras la automática (de 6 y con cambios al volante), sabrás que, aunque se sabe robusta, tiene algún retardo típico a la hora de pedirle subir marchas y que, al llevarlo al corte, pasará la marcha inmediatamente para proteger el motor.
Sobre su rodaje, descubrimos que la llanta 16" le ayuda bastante a ser un auto multipropósito. La llanta de 17" se le ve mejor y tendría un rodaje mucho más firme en pista, pero con sacrificios en ciudad (sequedad). Ojo en sectores revirados, que, al ser muy ligero, las transferencias de masa son más notorias y el auto podría ponerse un tanto nervioso, nada de qué preocuparse, pero si eres de los que gusta recortar segundos al cronometro, te servirá el tip.
Conclusiones
En palabras sencillas, el Swift Sport es el Citroën Saxo VTS y el Peugeot 106 XSi de nuestra era. Es un auto deportivo como ya no hay, porque los hot-hatches han crecido en precio, lujo y tamaño. El modelo anterior no era para nada malo, pero la picardía de un Turbo, el menor peso y las sustanciales mejoras en consumo, lo hacen un auto superior.
Inmediatamente dan ganas de pensar de lo que sería capaz con una mejor admisión, un escape que ronque más fuerte (otro punto bajo del Swift Sport), suspensión más firme o neumáticos de mayor grip. Es un juguete, un cachorro con energía, un auto que te devuelve la fe en deportivos de acceso, como los de antes, donde solo importaba tener un tacómetro, una caja manual y un motor con ganas para entretenerse a lo grande.
Y lo mejor, también es un gran auto de ciudad, fácil de mantener y económico, puesto que homologa 12,8 km/l en ciudad y 19,3 km/l en carretera. Considerando su precio de $11.790.000 (con bono marca), se ha transformado en uno de los mejores autos que hemos probado este año en cuanto a sensaciones de manejo por lo que se paga.