Suzuki está cumpliendo un siglo de vida, cien largos años en los que ha acertado y también se ha equivocado, yerros que le permitieron sumar muchas millas de experiencia, las que luego utiliza para enfrentar con una diestra visión los proyectos a futuro; es una de las marcas cuyo nombre infunde un gran respeto.
La compañía fue fundada el 15 de marzo de 1920 por Michio Suzuki, bajo la razón social Suzuki Loom Manufacturing Company. Pero no fue la fabricación de automóviles el negocio principal de la naciente empresa, sino que los telares, para luego incursionar en la construcción de bicicletas y más tarde de motocicletas, además de motores fuera de borda, conocimientos que se aplicaron al desarrollo de vehículos.
En 1954 la empresa adoptó el nombre Suzuki Motor Co. Ltd, y en ese momento lanza al mercado interno un rechoncho sedán -aunque tenía dos puertas- cuyo diseño exterior intentaba replicar el estilo británico de la época y que se presentó con el apelativo Suzulight; estaba equipado con un motor de 360 cc. Este ejemplar ostenta el honor de ser el primer automóvil compacto producido masivamente en Japón.
El citado sedán comenzó a venderse muy bien, al igual que las irrompibles motocicletas de la marca, entre las que destacaba el modelo Colleda. Al inicio de los años sesenta estrenó una furgoneta de carga, basada en el Suzulight y que en corto tiempo pobló las calles; un dato curioso es que alrededor de 88 unidades de ese vehículo utilitario fueron ensambladas en Chile.
Modelos inolvidables
En 1990 se produce un nuevo cambio de nombre, Suzuki Motor Corporation, una denominación que se adoptó pensando en el agresivo proceso de globalización que estaba viviendo la compañía. Si bien sus productos ya se ofrecían en mercados foráneos antes de los años ochenta, entre ellos los recordados Fronte y SJ, la firma nipona aún tenía mucho que abarcar.
Uno tras otro desfilaron ejemplares muy bien pensados, funcionales y carentes de vanidad, una gama de productos en los que destacaban cualidades tales como el buen rendimiento, la mecánica duradera y los diseños correctos. Nombres como Samurái, Swift, Vitara y Baleno, entre muchos otros, se transformaron en íconos de la industria y en avaladores del excelente trabajo realizado por la marca.
Pero en pleno auge de los años noventa Suzuki se hizo el tiempo para mostrarnos su lado juguetón, para salirse de su estructura formal y concebir un par de lúdicos ejemplares, como el audaz Cappuccino y el juvenil X90.
Hoy, Suzuki es una empresa muy diversa, cuyo fuerte siguen siendo las motocicletas, sin embargo sigue siendo relevante en muchos otros mercados, gracias a sus modelos de pasajeros y todoterrenos, los que han superado el paso del tiempo. Son pocas las marcas que pueden decir que la gran mayoria de sus modelos son recordables y de buena fama; más aun en 100 años.