En abril del año pasado, BMW trajo a Chile a su primer modelo eléctrico de nueva generación. No voy a decir que es el primero, porque antes del iX estaba el i3 y antes que eso, hubo algunos prototipos por aquí y por allá.
La división BMW i comenzó como un experimento. BMW siempre ha sido una marca muy reconocida por sus autos deportivos. Es de las pocas marcas de autos que puede usar el adjetivo muletilla "dinamismo" con total y absoluta propiedad en todos sus modelos, incluso los menos deportivos. Pero hay otro lado en BMW, que tiene que ver con propuestas de vanguardia y desarrollo.
BMW i no estaba enfocada en el dinamismo, sino que en proponer un vehículo ecológico premium y fabricado en torno a esas metas. Por eso que el i3 y el i8 estaban fabricados en celdas de CFRP con sub-estructuras de aluminio, carrocerías de polímero y contaban con una propuesta en diseño muy conceptual.
El BMW iX sigue por la senda del futurismo, pero con una apuesta más consolidada. Ofrece una experiencia de manejo única y a ratos sientes que vas en un auto de lujo del futuro, sin embargo, para lograr eso significa tener que transar un valor único e identitario. Pero de eso vamos a hablar después.
BMW IX, ¿qué es?
El BMW iX es un crossover eléctrico. Si, es un SUV, pero siempre me ha acomodado llamar crossover a los modelos de tipología SUV que tienen un enfoque más urbano. En el iX esto queda patente al revisar su diseño, donde las partes bajas están decoradas en color negro brillante, un acabado que jamás veríamos en un modelo utilitario o con el que nos atreveríamos a recorrer caminos rotos. Tiene un tamaño voluminoso, de casi cinco metros de largo y tres metros entre ejes, espacio que se utiliza para albergar las baterías y también, para ofrecer un amplio habitáculo.
Su diseño tiene elementos nuevos y que de a poco se dejan ver en los BMW más nuevos, como las manillas al ras de la chapa, pero con una apertura para meter las manos. También vemos superficies y pliegues menos prominentes, grandes llantas bitono y la parte más polémica de todas, la enorme parrilla frontal que BMW defiende con uñas y dientes, pero que personalmente, creo que no funciona en ningún modelo, más allá del M3 y M4, porque estos cuentan con pasos de rueda abultados que ayudan a generar un mayor equilibrio visual en el frente.
Ahora, esta parrilla es ciega, como en todos los autos eléctricos, pero no es solo un elemento gráfico de identidad, sino que BMW ha aprovechado para ocultar sensores y radares relacionados con los sistemas ADAS. BMW llama a este concepto "shy tech" (literalmente "tecnología tímida") que en el fondo se refiere a la presencia discreta de funciones y elementos tecnológicos. Afuera lo vemos en el surtidor de agua que sale desde la insignia de BMW para limpiar las cámaras y adentro en los paneles de madera que ocultan los botones, como si todo fuese un gran panel.
¿Dónde está mi BMW de siempre?
Y ya que hablamos de interior, aquí dentro todo es nuevo y distinto a lo que acostumbramos. Por ejemplo, como no hay caja de cambios ni eje cardán, el suelo es plano, como si fuese un furgón. Las puertas no tienen manillas, más que un par de botones para abrir las puertas. Los controles principales para mover el auto y operar el sistema iDrive 8 se encuentran flotando en el módulo central donde también está el apoyabrazos.
Botones de cristal, cuero curtido con extractos de olivo, textiles reciclables y más, dan una atmosfera muy lujosa, pero a la vez, muy futurista, quizás demasiado para el purista tradicional de BMW.
Y si se trata de tecnología, hay cosas muy interesantes como el techo panorámico con difusor electrocromático (Sky Lounge), el sistema de audio Bowers & Wilkins 4D con 30 parlantes, el panel curvo donde se alojan las dos pantallas de 12, 3". Head Up Display a color, climatizador trizona y un potente paquete de asistencias a la conducción con cerca de 10 programas.
En fin, muy futurista todo, y también muy exquisito en cuanto a la elección de colores y materiales, que transforman la experiencia sensorial (salvo por los horribles cinturones de seguridad en color azul, una elección de pésimo gusto en el departamento de diseño de BMW). Es una experiencia subirse por primera vez y descubrir sus funciones, pero no diría que es un auto tan difícil de operar, en especial por que las pantallas son grandes y legibles, además de que hay comandos físicos que ayudan en todo.
Especificaciones técnicas
El BMW iX llega, por ahora, en una sola versión denominada xDrive 40. Esto significa que tiene dos motores eléctricos (motores eDrive de quinta generación) y tracción a las cuatro ruedas. En conjunto, estos motores desarrollan 326 Hp y 630 Nm de torque máximo. Con esto, el iX puede alcanzar los 100 km/h en 6,1 segundos y 200 km/h de velocidad punta.
El tren motriz se alimenta de una batería de 232 Ah y 76,6 kWh. Su autonomia es cercana a los 425 kilometros.
Con un peso que va de las 2.5 a las 3 toneladas, BMW sacó algunos trucos aprendidos con los i3 e i8, por lo que ha utilizado aluminio reciclado, magnesio y piezas de CFRP (polimero reforzado con fibra de carbono).
Hora de salir a conducir
La prueba de manejo del BMW iX se dio en el contexto de una caravana de modelos ecológicos de la marca alemana como actividad de prensa. Nos dirigimos hacia la Viña Casas del Bosque para conocer la estrategia que el Grupo BMW impondrá en Chile para alcanzar la carbono neutralidad.
Este viaje por carretera no es el más ideal para probar todos los aspectos dinámicos del iX, pero nos sirvió para hacernos una idea concreta de su estilo de conducción. Si, al iX ya nos habíamos subido durante el BMW i Driving Experience en julio del 2022, pero se trató de una prueba en pista.
Fue entonces que, al compararlo con otros modelos de la marca, apareció la razón por la cual muchos periodistas le llaman el "anti BMW". Es un excelente SUV, pero no se maneja como un BMW y ese ítem es justamente lo que insinué en el primer párrafo de esta nota, el valor que la marca ha tenido que transar y que lamentablemente está ligado al tren motriz eléctrico.
Cuando te subes a un Audi, más que performance, la experiencia de manejo está definida por el agarre del sistema quattro y la tracción, algo que puede emularse correctamente en un tren motriz eléctrico. Con Mercedes-Benz, es lujo y tecnología, por lo que el tren motriz eléctrico debe destacar por su autonomía, eficiencia, durabilidad, aguante y versatilidad, dejando la parte más "exigente" al departamento de AMG.
Pero BMW forjó su fama, principalmente con autos que eran exquisitos de manejar, sin importar que fuese el modelo más básico o el modelo M. Un tren motriz excepcional, un gran chasis y una maniobrabilidad única. Ese es el sello que le gusta tanto a los puristas de la marca, por sobre la calidad o el diseño de sus autos, que también son puntos fuertes. Entonces, el iX acelera fuerte y de manera consistente, recupera energía con la misma agresividad con la que la consume (no es el más rendidor de los modelos eléctricos, pero es algo esperable) y todo esto, con una excelente aislación de la cabina y una sensación de confort única en el chasis.
Y estas apreciaciones uno las hace sentado en una exquisita butaca, mirando un par de pantallas que quedan algo distantes, mientras ves el amplio espacio disponible en el habitáculo. Y es ahí cuando comienzas a echar de menos la ergonomía de un Serie 3 convencional, esa posición de manejo más envolvente, el sentirte uno con el auto, esa perfecta sincronía entre un buen seis-en-linea y una caja manual o automática. El iX es un SUV que te aísla mucho de la experiencia de manejo, que además tampoco es la de un BMW.
¿Entonces, para quien es el iX?
El BMW iX es para todos los clientes de la marca alemana que no han llegado desde la vereda del purismo y la deportividad. Si te gustó el X5 por lo práctico, si te gusto el X2 por lo ondero, si te gustó el Serie 5 por su calidad, si te gustó el Serie 1 por el diseño o el Serie 3 por el prestigio de la insignia, vas a amar el BMW iX porque es un auto que destila todo lo que la marca alemana ha ido desarrollando al margen de lo dinámico. Si, también es un auto que sabe correr, como buen BMW, así que no echarás de menos tu dosis diaria de potencia, pero todo desde una mirada muy vanguardista y tecnológica, un auto premium de verdad, exquisito, con todas sus letras.
Pero si estas esperando que el iX te entregue esa sensación única de maniobrabilidad, el "verdadero sello BMW" de dinamismo, esa conexión única entre conductor y máquina, este auto no lo tiene o al menos yo no la supe encontrar. Y es un poco lo que da miedo, que BMW olvide sus raíces y pase a ser un fabricante premium sin esa sustancia única que lo hacía ser el estándar de deportividad en el segmento. El iX es muy pesado, muy asistido y muy sintético, aun comparándolo con un X4 o un X6.
La esperanza está puesta en el i4 y el futuro i5, así como también en lo que la división M pueda aportar.