Suzuki celebra por estos días en Chile nada menos que cuatro décadas de vida de su emblemático modelo Forsa/Swift, ocasión que fue aprovechada para darnos un adelanto de lo que será su nueva generación.
No olvidemos que fue en 1909 cuando Michio Suzuki fundó la Suzuki Loom Works Hamamatsu, en Japón, empresa destinada a la fabricación de telas, que alcanzó notables beneficios. Más tarde, la Segunda Guerra Mundial provocó daños en la compañía, que se vio obligada a cerrar varias instalaciones. Tras el conflicto, el negocio continuó creciendo y cotizando en bolsa, hasta que, tras varios problemas laborales, se vio inmerso en una crisis financiera que la forzó a renovar su sector económico, dando lugar al comienzo de la fabricación de vehículos en 1952. Así pues, llegaron al mercado las bicicletas motorizadas Power Free y Diamond Free, de 36 cc y 60 cc respectivamente, y la Suzulight, un minivehículo de dos tiempos y 360 cc, que supuso una innegable revolución en Japón.
En Chile, la marca lleva casi medio siglo ofreciendo automóviles que combinan calidad, innovación y accesibilidad, adaptándose siempre a las necesidades locales, donde el Swift es un claro reflejo del ADN y la esencia de Suzuki, con cinco generaciones a sus espaldas, que se han caracterizado siempre por ser un auto ágil, divertido de manejo y económico, y que se ha ganado el cariño y la confianza de más de 9 millones de clientes en el mundo (de los cuales, más de 100 mil corresponden al mercado chileno).
A continuación, hacemos un repaso a nivel mundial y local por cada una de sus cinco generaciones.
Primera generación (1983-1987)
La primera iteración vio la luz en el Tokyo Motor Show de 1983 bajo el nombre de Cultus (en los mercados de exportación se conoció como Forsa). Se alzó sobre la plataforma M de General Motors, diseñada por la firma japonesa y adoptada por Chevrolet en su modelo gemelo Sprint.
Sus líneas eran modernas y llamativas para ese tiempo, con un gran espacio interior que resultaba muy práctico.
A Chile, las primeras unidades del Forsa llegaron en 1984, únicamente en versiones hatchback de tres puertas con un motor de 1 litro tricilíndrico y 50 Hp de potencia. Al año siguiente se sumaron las versiones cinco puertas, con alternativas de motor de 1 litro y una nueva cilindrada de 1.3 litros con 66 caballos, además de poder optar entre una transmisión manual de cinco velocidades o bien una automática de tres relaciones.
En 1986, Forsa experimentó una sutil puesta al día, que afectó su frontal y zona posterior, además de la adición de tapas de ruedas en las versiones GL. No fue hasta 1987 que desembarca la versión más prestacional: el Forsa 1.3 GTi Twin Cam con 100 Hp de potencia. Esta variante se comercializó sólo hasta 1988.
Segunda generación (1988-1995)
Corría septiembre de 1988, y en Japón tenía lugar el estreno de la segunda iteración del Cultus, que ofrecía una propuesta estética más aerodinámica, con un capó bajo, generosas zonas vidriadas, pilares A y B negros. A Chile llegó a contar de enero de 1989 bajo el nombre de Forsa/Swift en formato hatchback de tres y cinco puertas, todas con el bloque de 1.3 litros y 66 Hp de potencia.
Esta camada, a mi entender, fue importante a nivel local por varias razones. Primero, la variante más deportiva, conocida como Swift GTi, comercializada por estos lares entre 1989 y 1995, se alzó como el deportivo deseado por muchos, gracias su interesantes cifras de performance: 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y una velocidad punta de 200 km/h, gracias a su potente motor de 1.3 litros Twin Cam con sistema de inyección electrónica multipunto, sumado a un equipamiento diferenciador, con la presencia de elementos como: butacas, palanca de cambios y volante deportivos, frenos de discos en las cuatro ruedas, sistema de audio Alpine con reproductor de CD, entre otros.
La segunda razón dice relación con la adición de la gama local, a contar de febrero de 1990, de la versión sedán (con lo que toda la gama se renombra como Swift), con dos niveles de equipamiento: GL y GLX, que se ofrecían con dos alternativas de cilindradas: 1.3 con 67 Hp y 1.6 litros con 92 Hp y 16 válvulas, la que se comercializó hasta que en 1995, cuando la posta fue tomada por el nuevo Baleno.
El tercer motivo de la trascendencia de esta iteración, es que con motivo de la entrada en vigencia del D.S 211 que instauraba la exigencia del convertidor catalítico para todos los vehículos nuevos comercializados en Chile a contar de 1992, sale de la gama el Swift hatchback de cinco puertas, quedando la oferta conformada únicamente por las versiones sedán y el deseado Swift GTi. Dato Rossa: en octubre de 1993, con ocasión del Primer Salón del Automóvil que tuvo lugar en el Parque Araucano, el stand de Chevrolet exhibía el modelo Sprint en versiones hatchback de 3 y 5 puertas, con motor de 1 y 1.3 litros.
Tercera generación (2004-2010)
Por primera vez en su historia, el Suzuki Swift se diseñó y desarrolló en Europa para el mercado global. Los diseñadores de la marca se establecieron en el Viejo Continente, donde reevaluaron el concepto de diseño y desarrollaron, en colaboración con diseñadores europeos, un modelo adaptado a los gustos del consumidor. La inspiración europea también marcó otra de las señas de identidad de esta camada: una conducción emocionante y segura.
Su diseño general marcaba una proporción perfectamente equilibrada entre formas y volúmenes, y estaba plagado de detalles de alto diseño. El habitáculo interior era sencillo y funcional, limpio y minimalista, con los elementos estrictamente necesarios y bien ordenados.
Nuestro mercado tuvo la suerte de recibir, con motivo de la octava edición del Salón del Automóvil en octubre de 2004, el prototipo del modelo, denominado como Swift Concept S. Su debut mundial tuvo lugar en 2005, mientras que su arribo a Chile en septiembre de ese año como MY 2006, con motorizaciones de 1.3 y 1.5 litros, este último estrenando la tecnología DVVTi, todas asociadas al formato hatchback de cinco puertas.
En India y de la mano de Maruti Suzuki, esta camada vio el renacer del formato de tres cuerpos en 2008 como Swift DZire, que se caracterizó por su generoso maletero que tenía una capacidad para 450 litros de vituallas, aunque acompañado de un motor de 1.2 litros, que privilegiaba la eficiencia a toda costa. En Chile, esta tipología la conocimos a contar de 2012.
Cuarta generación (2010-2017)
En 2010 se develaba la que hoy por hoy conocemos como la cuarta generación de este modelo, cuyo diseño se basó en la primera, aportando líneas más marcadas y refinadas, y unos grupos ópticos frontales y traseros que dotaban de más expresividad al conjunto.
El interior ganó en riqueza y en espacio, gracias al aumento de las dimensiones exteriores, que crecieron 90 mm en longitud, con un aumento de 50 mm en la distancia entre ejes.
Bajo el capó, portaba una nueva planta motriz de 1.4 litros con 94 Hp de potencia y 130 Nm de par, asociado a una transmisión manual de cinco marchas o bien una automática de cuatro relaciones, según acabado que podía ser GA o GL. En seguridad, todas las versiones equipaban doble airbag frontal
La variante más deportiva, el Suzuki Swift Sport, se estrenó en Chile en abril del 2012, equipaba una mecánica de 1.6 litros que combinaba una elevada potencia de 134 Hp, con una apariencia más agresiva, equipaba entre otros, doble salida de escapa, llantas de aleación que enfundaban neumáticos de medida 195/50 R16, frenos de discos en las cuatro ruedas, climatizador y faros de xenón.
Quinta generación (2017-2024)
El Suzuki Swift experimentó un cambio radical en su quinta entrega, convirtiéndose en un automóvil más completo, refinado y tecnológico, que equipó por primera vez la tecnología híbrida SHVS (Smart Hybrid Vehicle by Suzuki), que en Chile conoceríamos a contar de mayo de 2021. Se dio la dualidad de que el mercado chileno contó con unidades de procedencia japonesa e india.
La nueva plataforma Heartect aumentó la rigidez del conjunto, y supuso una mejora del comportamiento dinámico
El diseño exterior interpretó la fórmula original desde una perspectiva más moderna. Las proporciones, líneas básicas y elementos de diseño originales seguían presentes, pero el Suzuki Swift ganó en músculo y también en estética, con ópticas LED, una amplia toma de aire y detalles como las manillas de las puertas montadas en el pilar trasero. Su maletero aumentó su capacidad desde 210 a 242 litros.
El interior también dio un enorme salto adelante en diseño, acabados y tecnología. Incorporaba una pantalla LCD de 4,2 pulgadas en el panel de la instrumentación y una pantalla táctil de 7 pulgadas, con conexión al teléfono.
La sorpresa de esta generación, estuvo dada por el debut del bloque Booster Jet K10C de 1 litro turbocargado con sistema de inyección directa, que le permitía entregar 110 Hp de potencia y 170 Nm de par, con transmisión manual de cinco marchas o bien una automática CVT. Esta motorización complementaba en la parte alta de la oferta, al conocido motor 1.2.
La esencia del Swift no ha cambiado con el paso de los años. A lo largo de sus cuatro generaciones, ha ido evolucionando sin perder su identidad, mostrando la durabilidad de un diseño y un concepto que se ha consolidado y lo ha diferenciado de sus rivales.