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Suzuki Jimny 2019, primera impresión de manejo

Manejamos el 4x4 de moda en el sur de Chile, por carreteras asfaltadas, ripiadas y una huella más pensada para carretas que autos. ¿Qué tal se comportó?

Suzuki Jimny 2019, primera impresión de manejo

Suzuki ya tiene en venta en Chile la esperada cuarta generación del Suzuki Jimny, uno de los 4x4 más icónicos del mundo, y que desde su lanzamiento mundial hace menos de un año era altamente esperado por los fanáticos de la marca. Todo lo que necesitas saber del modelo puesto a la venta en Chile puedes revisarlo en nuestra nota de lanzamiento aquí.

Pero Suzuki nos invitó a vivir una experiencia fantástica al mando del Jimny, y para ello nos llevó hasta Puerto Montt, donde tomamos los autos para dirigirnos hacia la localidad de Puelo, distante a unos 140 kilómetros de distancia, los que recorrimos por autopista y carreteras secundarias asfaltadas, antes de internamos por un camino de tierra hacia la cordillera siguiendo el curso del río Puelo. Cruzamos el lago Tagua Tagua en un ferry, y luego continuamos hasta un campamento que la marca había levantado a pocos kilómetros de la frontera con Argentina. En total fueron casi 80 kilómetros sobre ripio, en partes muy suelto, en otras compactado.

Para terminar, al día siguiente realizamos una verdadera experiencia 4x4 por una especie de huella de carretas y zonas a campo traviesa en dirección a la Lago Azul, donde pudimos corroborar las reales capacidades off-road del SUV compacto de Suzuki. Vamos por parte

Más SUV

Si algo ha caracterizado al Jimny a lo largo de sus tres generaciones precedentes es su propuesta muy simple, muy espartana, sin grandes niveles de confort ya que la consigna es crear un verdadero 4x4 de precio y tamaño accesible.

Pero para esta generación, la marca quiso dotarlo de niveles de confort normales para un auto que creció significativamente en precio. Y eso se traduce en que sobre carretera (y asumimos, también en ciudades) sea más que agradable de conducir.

El Jimny es pequeño, mide menos de 3,5 metros de largo (3,48 m), por lo que es levemente más pequeño que su antecesor. La clave es que ahora es más ancho (1,65 m) y la distancia entre ejes aumentó hasta 2,25 m, generando ese espacio extra para los ocupantes.

Acceder al Jimny es fácil. El asiento es alto, como buen vehículo 4x4, pero queda bastante espacio para la cabeza de los ocupantes, y especialmente para los que van sentados atrás. Hay una gran barra frontal para afirmarse y cuenta con manillas en el techo, fundamentales considerando que a campo traviesa uno busca donde agarrarse.

Cuatro ocupantes adultos caben bien, pero un quinto no entra ya que la banqueta trasera va metida entre las ruedas y no deja espacio. Apueste por tres niños, pero ajustados y sin sillas.

Por supuesto que la visibilidad hacia adelante es buena ya que se maneja desde arriba. La luneta no es tan grande pero como la rueda de repuesto (colgada en el portalón) no interfiere, diríamos que también es correcta. Los espejos, en tanto, son más que generosos y compensa de sobre manera.

El diseño del tablero es simple, pero moderno. Diría que todo está al alcance de las manos, aunque los mandos del climatizador están muy abajo para mi gusto. Cuenta con una pantalla Blaupunkt de 7” instalada en Chile, con bluetooth y streaming pero por ahora sin conectividad a Apple CarPlay ni Android Auto. En el centro de los marcadores hay un display minúsculo y de formato antiguo, demasiado básico para el concepto moderno del auto. Tampoco tiene marcador de temperatura de motor, una ausencia muy relevante considerando lo que se hace con el Jimny.

El Jimny ofrece ahora más equipamiento y modernidad en su diseño, y una calidad de construcción menos espartana que antes, con plásticos duros pero bien ensamblados. Diría que al menos en esto, es más un SUV que un 4x4 robusto como los Jimny de antaño. Pero sigue siendo un Suzuki, por supuesto, nada elegante pero mejorado sustancialmente, donde la propuesta final no está condicionada con la apreciación de calidad, sino más bien con la promesa de tener un vehículo aventurero de verdad.

Más suave, igual de capaz

El Jimny llega a Chile con un motor de cuatro cilindros y 1.5 litros aspirado, que eroga 100 Hp y 130 Nm de par, lo que de verdad no es mucho. Está asociado a una caja manual de cinco marchas y a una vetusta automática de cuatro. La propuesta moderna del motor 1.0 Turbo quedó relegado a Europa y mercados desarrollados.

En carretera y sobre asfalto anda bien, pero a velocidades normales. A los 100 km/h comenzamos a escuchar el motor, ya que, además de ruidoso, la cabina no está tan bien insonorizada. Lo que sorprende es que aerodinámicamente está muy bien trabajado y no se generan ruidos molestos. Probamos los neumáticos opcionales off-road de Hankook, aunque sólo fuera de ruta. De seguro en carretera son más ruidosos que los Dunlop normales.

Respecto del anterior Jimny, es mucho más estable que antes, aunque tampoco da para aventurarse a demasiada velocidad es curvas. Sí destaca por su suavidad de marcha, va bien aplomado y amortigua bastante bien para ser están enfocado en el 4x4 más rudo. Diría que su comportamiento en carretera no es tan diferente a un SUV del mismo segmento.

En ripio es otra cosa. Hay que andar con cuidado porque es un auto celoso, con un comportamiento más cercano a una pick-up descargada que a un SUV, con bastantes saltos y desacomodos de la parte trasera.

Eje rígido adelante y atrás es la propuesta de suspensión, lo que se manifiesta en que hay que ir corrigiendo constantemente porque tiene bamboleos y desplazamientos laterales, los que se manifiestan fuertemente en curvas con calamina. Eso con tracción simple (trasera), ya que con el sistema AllGrip se muestra más aplomado y menos juguetón, aunque, volvemos a decirlo, no se mueve igual que un SUV.

Lo que está claro es que el mejor comportamiento se da en terrenos muy difíciles y a baja velocidad. Aquí es donde el Jimny saca a colación lo mejor de su herencia 4x4. El sistema de tracción no es el AllGrip que conocemos en modelos como el Vitara y el S-Cross, sino que es una versión Pro que no tiene ni selectora, ni modos preconfigurados, sino que, a la antigua, cuenta con una palanca central con modos 2H, 4H y 4L.

Aquí destaca su buen despeje al piso 210 mm, sus agresivos ángulos de ataque (37°), ventral (28°) y salida (49°), y si bien no se nos informó su capacidad de vadeo, nosotros cruzamos un río donde al agua llegaba a la parte baja de las puertas y no tuvo problema alguno para pasar.

Si bien no tiene tanto torque, entrega la fuerza correcta para sortear obstáculos como trepadas, piedras y grietas profundas. Con los Hankook el comportamiento fue mucho mejor que con los Dunlop de serie, especialmente en la parte blanda y con barro, pero incluso con las gomas británicas fue capaz de seguir el tranco con algo de patinaje, pero sin problema alguno.

Como añadido ofrece control de descenso y asistencia de partida en pendiente, mientras que en seguridad son de serie los controles de tracción y estabilidad, cámara de retroceso y seis airbags.

Conclusión

Esperábamos con ansias la llegada del Suzuki Jimny 2019 y valió la pena tanta espera. Es bello por fuera, con un look muy atrevido y moderno, pero sin perder de vista su herencia de cincuenta años de vida. Está mejorado en su interior, sin salirse de su propuesta de valor. Y tiene un mayor equipamiento de serie.

Extrañamos un mejor tren motriz, por cierto, más torqueador y que nos lleve a régimen de marcha de crucero sin esforzarse tanto. Y, además, que sea más eficiente: en la vuelta completa nos dio apenas 10 km/litro, aunque tuvimos mucho manejo off-road.

¿Vale la pena? Si eres un purista de la marca y del modelo, este nuevo Jimny te va a encantar. Si te gusta el estilo off-road y valoras el buen equipamiento, también. Pero si buscan un auto realmente confortable en todo tipo de manejo, quizás deberías ver algo menos robusto, más SUV.

Precios y versiones

En esta primera etapa, el Suzuki Jimny arriba a Chile en versiones de equipamiento GLX, ya sea con caja mecánica a $11.990.000 ($10.890.000 con bonos), o con caja automática, por $12.890.000 ($ 11.790.000). En un futuro se sumarán versiones de entrada con menos equipamiento.

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