En agosto de este año, Porsche anunció oficialmente al Taycan en Chile. De novedad, en términos comunicacionales no había nada nuevo, puesto que el auto ya se había estrenado el año pasado a nivel mundial y todos sus datos ya eran de sobra conocidos. No hay medio europeo o norteamericano que no lo haya probado y detalles completos de su tren de rodaje, así como videos de comparativas, hay de sobra en YouTube. Sin embargo, sigue siendo uno de los autos más espectaculares del último tiempo, una obra maestra de la ingeniería y uno de los lanzamientos más relevantes en Chile, por todo lo que involucra su desarrollo.
Y esa es la razón por la cual todos quieren manejarlo y conocerlo. No es fácil para los puristas digerir un Porsche 100% eléctrico, pero no por nada los alemanes se tomaron su tiempo en darle forma. Y Tesla aún puede tener una gama completa, muchas ventas y mayor autonomía, pero mientras el Model S sigue siendo un producto de una empresa tecnológica, el Taycan antes que todo, es un auto... y no cualquiera: es un Porsche.
Así que con gusto (aunque nos dejaron a la cola en la lista de medios) les dijimos que si a la gente de Porsche cuando nos ofrecieron conocer al Taycan Turbo en Chile para poder darle una vuelta. Y aunque quedé con gusto a poco, la experiencia fue suficiente como para poder contarla, o al menos resumirla en algunos puntos.
Por fuera
El Taycan gana mucho en vivo. Tiene una presencia muy especial y que al principio es algo chocante por sus proporciones, recordándonos en parte al Karma Revero. Para muchos de nosotros, si tiene más de dos puertas, cuesta asumirlo como un Porsche más de la gama. Tal como hemos visto en muchos autos eléctricos y principalmente por culpa de Tesla, todos lucen muy clínicos en su exterior, apelando al minimalismo y las formas fluidas. Con sus manillas ocultas y focos futuristas, así como sus curiosas llantas bicolor, parece un prototipo o un concept car. Y por lo mismo, al verlo en movimiento, se ve realmente espectacular.
Por dentro
Coherente con el exterior, la experiencia de subirse al Taycan es como estar ante un Porsche de 10 o 15 años en el futuro. Si, estamos claros que Porsche está usando muchas pantallas en sus últimos modelos y que eso no es nada nuevo. Pero, por culpa del cuadro de instrumentos curvo y de la ausencia casi completa de botones, o la disposición horizontal de la consola, tratada completamente con un acabado "piano black" para disfrazar las pantallas, se da un ambiente realmente futurista.
Como buen Porsche, el botón de encendido está a la izquierda y el cuadro de instrumentos curvo, cuenta con algunos módulos redondos que imitan la posición de los relojes de un Porsche convencional. Incluso en la parte superior se asoma el reloj que conocemos de los paquetes Sport Chrono. El volante es lo más convencional en el interior y nos alegramos de aquello, ya que habla un poco de la naturaleza del Taycan: sigue siendo un auto para conducirlo a pulso.
Otros detalles prácticos: los asientos traseros, aunque son para dos adultos, son muy cómodos y abutacados. Y tanto el maletero delantero como el trasero son suficientemente útiles para cargar bolsos de verdad y no "bolsas de palos de golf" como les encanta decir a varios medios extranjeros para medir la capacidad de carga en autos deportivos.
Al volante
Porque soy una persona con mucha suerte, puedo comentar que también he manejado el Tesla Model S P100D, así que tengo algo con que contrastar la experiencia de manejo con el Taycan. Y aunque el Tesla es un auto brutal en temas de aceleración, sigue siendo un auto muy pesado y poco amistoso para ir a una pista. En estricto rigor, para nadie sería una elección directa para ir a un track day.
Pero el Taycan Turbo, porque fue desarrollado por Porsche, perfectamente puede moverse con agilidad de curva a curva y disimular su peso de 2.300 kilos. Las baterías, en el suelo, están reforzadas de tal manera, que terminan siendo parte integral del chasis y eso se nota, por lo plantado que va al suelo. De hecho, la postura de manejo y la sensación de aplomo a ratos parece estar más cerca de un 911 que de un Panamera.
La sensación de conducción, aunque no hay un feel mecánico, emula a la perfección la progresión natural de un auto convencional. Desde los pedales hasta los frenos (mucho más naturales que en autos eléctricos convencionales) y el tacto del volante, permiten ir llevando el auto con más comunicación que un auto moderno convencional propulsado por un tren motriz de combustión. El Taycan cuenta con dos motores, uno adelante y otro atrás. El de atrás, tiene una transmisión de dos velocidades, que ayuda bastante a entregar una sensación más directa de potencia, segun uno prefiera.
Pero, más allá de eso, quede profundamente sorprendido por el sonido "deportivo" del Taycan. Este se puede habilitar desde la pantalla central del auto y se escucha como una mezcla entre un auto deportivo muy insonorizado y una nave espacial. La primera comparación, puede ser burda, pero inmediatamente mi memoria me llevo a la nave de Los Supersónicos, claro que en el caso del Taycan, sin el timbre caricaturesco dado por Hanna-Barbera, sino que como una nave más deportiva y futurista. Pero lo mejor, es que al contrario del zumbido de otros autos eléctricos que se sienten que fueran al máximo, aun cuando vas a 100-120 km/h, el Taycan te deja en claro que el sonido puede seguir haciéndose más presente mientras aceleras el auto, dándote a entender de que tiene mucha más potencia, en este caso, 670 Hp y 850 Nm de torque.
De suspensión, aunque es firme (y se nota), es muy refinado, puesto que la suspensión logra hacer su trabajo sin introducir muchas vibraciones o rebotes al interior. Y ante cualquier cosa, puedes ajustar la altura o la suavidad de la suspensión, como más te acomode.
¿Qué te deja el Taycan?
Al terminar el paseo, uno queda con gusto a poco. Y eso en parte es bueno, puesto que el Taycan no me ha mostrado aun todas sus cartas. Hay autos que en los primeros 15 minutos, te dicen todo, pero el Taycan es un auto de esos que uno echa de menos al bajarse, porque dan ganas de seguir descubriéndole su personalidad.
¿Es rápido? Si, es muy rápido, pero en carretera te lo oculta un poco. Pero por lo que nos ha contado nuestro Editor en Jefe de México, el Taycan sabe moverse muy bien en las manos indicadas.
Al final, la receta Porsche queda muy bien aplicada al Taycan, guardando las proporciones. Tal como cuando te subes a un Macan o a un Panamera, el Taycan es realmente el Porsche de los autos eléctricos y te lo demuestra con su precisa calidad de manejo y su ingeniería. Imposible decepcionarse.